Señores y señoras del Gobierno, partidos que promueven los recortes y las reformas antisociales, grandes empresas y bancos que despiden y desahucian, les dirigimos esta carta con el ánimo encendido, no lo negamos.

En primer lugar permitidnos que no moderemos nuestro lenguaje. No queremos ser moderados si eso implica asumir los recortes, comprender las reformas estructurales, aceptar que millones de jóvenes no tengan futuro y millones de personas no tengan presente, para que un puñado de grandes empresas sigan sacando tajada de la situación. No podemos responder con moderación a una emergencia social, como tampoco con desesperanza ante a catástrofe, porque esta catástrofe tiene culpables y, sobre todo, soluciones.

Miles de los nuestros han sido desahuciados, muchos más despedidos de sus trabajos, otros tantos expulsados de las aulas por no poder pagar las abusivas tasas académicas, miles expulsados de la sanidad, muchos enfermos crónicos condenados a muerte al no poder pagar sus medicamentos, otros derretidos a multas por ejercer su derecho a la protesta pacifica, miles cuidando a personas dependientes por la inacción del Estado. Millones en el paro, también millones sin cobrar ya prestación alguna, otros tantos en la exclusión social.

Una auténtica catástrofe humana que hemos tenido a bien llamar crisis. Una insultante sucesión de datos, estadísticas que reflejan millones de vidas rotas por los criminales mecanismos de este modelo de sociedad.

No se sorprendan de que muchos hayamos decidido no quedarnos quietos ante esto y empezar a construir la alternativa. Educación, sanidad, desahuciados, pensionistas, servicios sociales, trabajadores y parados estamos cada vez más decididos a que esto cambie de una vez.

No, no se asusten de que hayamos decidido hablar de democracia. De la democracia de los 'escraches', de la democracia de la manifestación multitudinaria, de la democracia de las huelgas y los piquetes, de la democracia del debate en el espacio publico. En definitiva, hablamos de la DEMOCRACIA con mayúsculas que el pueblo va construyendo por encima de un régimen que solo nos garantiza miseria y represión.

Y sí, tengan el mismo miedo que nosotros tenemos a perderlo todo, a verse un día en la calle sin nada, a ver como su mundo se derrumba y como tienes que dar un giro de 180 grados en tu vida. Porque cuando ustedes han decidido que es más importante mantener las altas tasas de beneficios de las grandes empresas y la banca que el trabajo digno, la educación de todos, la sanidad, pensiones o servicios sociales, cuando ustedes tienen claro que un 57% de paro juvenil es el negocio que les permite esclavizar mano de obra, o cuando ustedes se niegan, día sí día también, a dar explicaciones por sus errores, estafas y corruptelas, ustedes nos están abriendo los ojos y están poniendo en nuestras cabezas la necesidad de cambiar esto de una vez. Sepan que esa realidad que ustedes están generando en su infinita avaricia ya se está volviendo en su contra, y que hoy no solo tienen a miles de ciudadanos movilizados y organizados en toda España, sino que tienen a todos esos ciudadanos con una conciencia cada vez mayor de que somos muchos contra unos pocos. Ustedes nos están llevando a unirnos para acabar con su negocio y para construir la alternativa. Tengan ustedes claro que estamos haciendo camino, y que ese camino se llama en Murcia Marcha de Mareas.

Nuestro llamamiento es a llenar las calles de Murcia el día 23 de noviembre, pero también, y ante todo, a que demos un paso más en la construcción de la alternativa: es responsabilidad de todos el hacer que el que no ha salido nunca a manifestarse lo haga, que el que se manifiesta, se organice, que el que se rebela contra una injusticia sufrida vea que es la misma que sufren todos, que el que hoy está luchando por cualquier conflicto sectorial sea consciente de que es igual de importante pelear por un mundo más justo...

Contra los Gobiernos que destruyen derechos. Por un sistema democrático al servicio de la ciudadanía. ¡Gobierno dimisión!