Los Derechos Humanos incluyen a toda persona, por el simple hecho de su condición humana y son, por definición, inherentes a ella, irrevocables, inalienables, intransmisibles e irrenunciables. Hacer excepciones significa tanto como negar su propia existencia. En esta época de recortes de derechos y de líneas rojas traspasadas, los Derechos Humanos sirven para diferenciar lo justo de lo mezquino, nos recuerdan cual es el mínimo imprescindible para poder mirar al pasado sin perder la dignidad. Desde guerras humanitarias hasta terrorismo de Estado, pasando por dictadores y genocidas, no es difícil encontrar ejemplos en los que determinados colectivos decidieron pasar por encima de los Derechos Humanos para supuestamente evitar un mal mayor. Sin embargo la Historia nos enseña que el precio de cualquier renuncia en esta materia es demasiado alto como para llegar a pagarlo nunca. No adquiramos, por tanto, deudas que no vamos a poder pagar. @El_Gran_K