Es reconfortante saber que mientras esto escribo hay un numeroso grupo de personas reunidas en la Universidad de Murcia tratando sobre un tema que es tremendamente importante para mí, para usted y para todos, aunque no siempre sea fácil reconocerlo. Y lo están haciendo fuera de los focos, casi a lo clandestino, con poco apoyo y mucha voluntariedad.

¿Estarán hablando sobre pensiones, paz o futuro? No y sí al mismo tiempo. Realmente están haciendo ciencia, tratando sobre la vegetación, discutiendo sobre los últimos enfoques biológicos, pensando en la mejor manera de conocer el presente y las perspectivas de las especies en peligro.

Este numeroso grupo de investigadores de toda España y con invitados de universidades italianas, están desde el pasado martes hasta hoy reunidos en lo que han dado en llamar el sexto Congreso de Biología de la Conservación de Plantas. Ya entiendo que algunos (o muchos) de ustedes no entiendan la relación que acabo de hacer entre esto y las pensiones, la paz o el futuro, entre otros importantísimos temas. Pero créanme si les digo que se trata de distintas ópticas para una misma cosa, la de la sostenibilidad. La vegetación nos rodea y nos acompaña, nos crea los paisajes y las tierras que usaremos como emblema, nos nutre en su versión cultivada, nos cura, farmacología mediante, nos aporta materias primas, nos sirve de reservorio genético para nuevas utilidades que aún están por llegar, nos provee de servicios (ecosistémicos, que dirían los biólogos) de incalculable valor. Pero además de ello la conservación de la biodiversidad es un excelente indicador de la calidad y el desarrollo de una sociedad específica, que es consciente y que apuesta por la sostenibilidad. Un tejido social avanzado tendrá resuelto el tema de las pensiones, construirá una cultura de paz, apostará optimista por el futuro y conservará la biodiversidad. Ya tienen ustedes resuelto el silogismo.

Las conferencias, comunicaciones orales y paneles que se están presentando en este congreso ofrecen un excelente muestrario de cual es el estado actual de conocimiento sobre la biología de la conservación en las comunidades vegetales. Pero también prestan mucha atención a aspectos enormemente aplicados relacionados con las posibilidades de preservación de las especies protegidas, o discuten sobre las acciones de conservación eficiente que sería preciso emprender por las administraciones a fin de garantizar la conservación del patrimonio de todos. Ciencia pura, pero ciencia aplicada, que ambos conceptos no son contrapuestos.

Cuando tanto ciencia como medio ambiente son cosas que parecen como que molestaran, al menos a los presupuestos públicos, hay que afirmar una vez más que es un grave error que la crisis la paguen los temas que más perspectivas nos pueden ofrecer, precisamente, para la propia recuperación. Y cuando da la impresión de que esta sociedad se retrotrae décadas, recesión mediante, a otras épocas obscuras y poco inteligentes que creíamos al menos en vías de superación, es preciso reiterar que ciencia y medio ambiente van de la mano de las únicas opciones posibles para una sociedad que por el contrario siga avanzando. A esto también contribuye el congreso sobre biología de la conservación.