El obstáculo para que Eurovegas venga a Madrid es la prohibición de fumar. Sin una excepción para la zona (una especie de independencia local) no hay casino. El obstáculo para la inversión recreativa Barcelona World es la posible secesión catalana. Si se independiza Catalunya, no invierten. Aunque no tengan nada que ver entre sí, dos cosas que pueden pasar o no pasar a la vez en Barcelona y en Madrid siempre estarán relacionadas. Dos ciudades, dos historias, dos equipos, dos causas, dos elites, dos cortes palatinas, dos cogollos mediáticos, dos lenguas, dos estilos, y al final dos naciones en lucha, con sus agravios respectivos. Di Stéfano y Kubala, Ronaldo y Messi. Secretamente, al nacionalismo catalán le gustaría incluso tener su propia monarquía, y que también hubiera dos reyes (de ahí el republicanismo, por despecho). ¿Por qué no independizarnos de Catalunya y de Madrid el resto?