Todos los años por estas fechas se anuncia por los más agoreros un otoño caliente. A mí esto de la crisis ya ni me lo planteo. Ni Olimpiadas ni extras ni días de permiso, ni recuperar el IPC ni€ Pero lo que ya es el colmo es que haya profesiones que parecen abocadas a su fin. Y les digo a otros que aún no han visto pelar sus barbas, que las pongan a remojar, porque si los procuradores de los tribunales tienen, al parecer los días contados, se me ocurren otras funciones en los tribunales más prescindibles que ellos. Como casi siempre, no diría subrepticiamente, pero casi casi, el 2 de agosto con eso de las vacaciones, bajó el ángel caído desde el Ejecutivo, en forma de anteproyecto de ley de servicios y colegios profesionales, para dejar muy tocados a los procuradores que, por supuesto, se han puesto inmediatamente en pie de guerra a nivel nacional y en nuestra Región.

El Consejo General de Procuradores de España ha alertado que ese anteproyecto puede causar un daño importante, si no irremediable a los usuarios de la Justicia, por lo que urge al Gobierno al diálogo, nada más y nada menos, a pesar de ser obvio, para no alcanzar situaciones conflictivas. Para mí que como no hagan una Diada y nos unamos todos los que estamos a favor de los procuradores de las manos para convocar un referéndum estilo catalán no les van a hacer ni caso. Sólo que este referéndum seria legal, no como el otro. Dicen los procuradores que su supresión empeorará considerablemente el funcionamiento de la Justicia retrocediendo treinta años.

Otra cosa es que eso les importe o no a los que legislan.

La cuestión es que este anteproyecto en realidad no suprime esa profesión, solamente la pone a los pies de los caballos al suprimir los aranceles y eliminar la incompatibilidad entre abogado y procurador. Vayamos por partes. Si es cuestión de aranceles, para mí que hay otros profesionales del Derecho mucho más caros que el procurador, que cobran a arancel y no se ha dicho nada (¿corporativismo?). Y en cuanto a la compatibilidad con el abogado, hay un par de problemas: uno, que no veo yo a todos los abogados cumpliendo funciones de procurador en lugar de estar estudiando en su despacho los asuntos a pleitear; y otra, que si con esta medida se trata de abaratar la Justicia, ni me cuadra con lo de crear tasas judiciales para ciertos asuntos, ni el abogado que además de defender a un cliente lo represente en juicio como ahora el procurador lo va a hacer gratis. Por lo que lo que se dice abaratar me temo que no.

Si a este frente de batalla que se avecina con los procuradores este otoño, que lo que piden es algo tan ilógico y complicado como un diálogo antes de que un ministerio como el de Economía los fusile sin hablar antes, se le añade que los sindicatos CSI-F, CC OO, STAJ y UGT están igualmente reivindicando que no se privatice la Justicia, en algunos casos, afirman, presionados por lobbys profesionales muy bien situados en el ministerio, y se quejan de tanta reforma como la Ley de Tasas, la privatización del Registro Civil y de los actos de comunicación y ejecución a favor de los procuradores (curiosa la paradoja), y la ley de Demarcación y Plantas, es claro que lo que es contentos pocos los hay.

Será porque los genios siempre son incomprendidos, pero en esto de los procuradores se equivocan claramente.