Qué han hecho interinos de toda España este fin de semana en San Pedro del Pinatar? Puede que alguno se haga esta pregunta, y voy a tratar de responderla, aunque tampoco creo que sea necesaria una gran agudeza para adivinarlo; pero por si hay alguien que confunde negociación con imposición, o que no sabe que los despidos en diferido sencillamente no existen, haré un esfuerzo desde la deformación profesional que tiene un profesor de Secundaria, que trata de aplicar la didáctica a todo lo que hace.

Lo cierto es que los profesores interinos de todo el país nos hemos hartado de pagar la factura de la ineficacia de nuestros políticos, que supuestamente deberían velar por que nuestros alumnos reciban la mejor atención educativa posible. En vez de ello, se han empeñado en iniciar un tsunami de recortes que pagaremos muy caro como país, en un ejercicio de miopía autoimpuesto que no les permite ver que sólo desde la Educación podremos construir una sociedad más justa y con más posibilidades para todos.

Dicha ola de recortes la sufren decenas de miles de maestros que se han quedado en el paro; los que quedan trabajan de manera cada vez más precaria y, al final, quienes sufren eso son los estudiantes, a los que se les limita su futuro. Lamentablemente vivimos en un país que invita a sus jóvenes ¡a emigrar!

El profesorado es una pieza básica en el engranaje educativo y nuestros gobernantes, lejos de incentivar su desempeño, se dedican a su desprestigio social y a imponer condiciones de trabajo cada vez más precarias. Se ha llegado hasta tal punto absurdo de crear un falso debate sobre la excelencia del profesorado. Sobre esto nos gustaría decir algo: si nuestros ilustres consejeros de Educación desean promover dicha excelencia, ¿por qué no valoran la formación y trayectoria del profesorado interino de manera integral y no parcial? Es curioso que se valore igual a un maestro que se esfuerza en mejorar su formación con estudios de posgrado y aprendizaje de idiomas y al que no lo hace. Igualmente, con los nuevos sistemas de rebaremación de listas de interinos en diversas Comunidades autónomas, se puede expulsar al profesor que haya aprobado una oposición, posea un máster y tenga diez años de experiencia porque se le aplica la caducidad a una parte de sus méritos y trayectoria. Es decir, se instaura el desprecio hacia su carrera profesional y la inestabilidad más absoluta, cosa que no ocurre en Administración alguna. ¿Dónde queda, entonces, la pretendida excelencia?

Lo más curioso de todo es que quienes pregonan esa excelencia, cuando se les pide públicamente que digan cuántos asesores tienen, cuánto cobran y cuál es su currículum, dan la callada por respuesta. Y eso sin entrar en aquellos políticos que entran en Educación sin tener la más mínima experiencia en el ramo o formación pedagógica alguna. Lo cual lleva a pensar en que aceptan dichos cargos porque tienen un alto concepto de sí mismos o porque, sencillamente, la Educación les importa más bien poco. Ese hecho explica muchas cosas. Con ese nivel de políticos, que se dedican a jugar irresponsablemente con el sistema educativo, se entienden perfectamente los problemas de la Educación en este país.

Y no solo eso, los recortes son tan burdos y dejan tan claro que lo que se pretende es la destrucción de la Escuela pública que han disminuido salvajemente los recursos de los centros, los apoyos al alumnado con necesidades educativas, las becas de material y de transporte, se ha incrementado el número de alumnos por aula hasta el hacinamiento, o se impone el insensato límite de no poder sustituir al profesorado de baja hasta que no pasen un mínimo de diez días, dejando al alumnado sin la atención educativa que le corresponde. Y hay más: para evitar que los funcionarios sean desplazados de su centro se les puede reconvertir en 'chicos para todo', y así tenemos profesores de Música impartiendo Educación Física o profesores de Matemáticas dando clases de Biología; o como decía Lucía Figar, ojo al dato, profesores de Lengua impartiendo Literatura€ ¡qué nivelazo! ¿Dónde queda, entonces, la calidad?

En Murcia tenemos un nuevo consejero de Educación que, desde su toma de posesión, ha prometido diálogo y trabajar por recuperar el consenso. Los docentes interinos deseamos con todas nuestras fuerzas que sus palabras no sean otra promesa vacía. Las palabras ya no valen; sólo los hechos mostrarán la pasta de lo que cada uno está hecho: sólo tiene que aplicar lo que ha prometido públicamente. De él depende que este curso, que comienzo ayer, no se convierta en otro conflicto permanente.

Es por eso por lo que nos reunimos los interinos de toda España. Porque no aceptamos más imposiciones ni más insensatez, y queremos contribuir a la mejora de nuestro sistema educativo. Queremos cooperar, desde una postura común y sin sectarismos, con propuestas concretas que reviertan en beneficio para nuestros alumnos. Es su futuro, y el del país, lo que está en juego.