Cataluña ha venido siendo a España lo que Alemania a Europa. Es decir, esos que a lo largo del tiempo se han dedicado a darnos lecciones de laboriosidad, ahorro, capacidad de trabajo, capacidad emprendedora y, sobre todo, lo que ellos llaman seny -sentido común, buen juicio- poniéndose como ejemplo de todo ello en contra del resto del país -si es al Sur más- que, por supuesto, somos todo lo contrario: vagos y tendentes a cobrar subsidios de por vida.

Inevitablemente, en época de elecciones los ciudadanos del resto de Cataluña hemos tenido que soportar, y continuaremos soportando, las descalificaciones de, pongamos por caso, el señor Duran i Lleida-tan elegante él, desayunando en su cara suite del Hotel Palace de Madrid-, hablando de los cuatrocientos euros al mes que dice cobran los jornaleros andaluces y extremeños para no hacer nada, según él, y de cualquier político que tenga que recoger en el granero catalán porque, al parecer, vende eso de hablar del expolio que España hace de Cataluña y de lo bien que ellos vivirían en su Arcadia Feliz sin los abusones de los españoles, que solo nos hemos dedicado a aprovecharnos de sus capacidades.

Ha caído en nuestras manos lo que el insigne miembro de Esquerra Republicana de Catalunya Ernest Benach -al que todos los aficionados al futbol conocen porque aparece siempre en lugar preferente en el Nou Camp- cobra por su jubilación, a la edad de 51 años, en su condición de expresidente del Parlament de Catalunya y me he quedado a punto de un pasmo porque este señor perteneciente a un partido que tantas lecciones de comportamiento cívico y ciudadano imparte el resto de los españoles, se nos ha jubilado a tan temprana edad con una pensión de 10.000 euros al mes durante cuatro años, para más tarde cobrar 7.000 euros al mes hasta su fallecimiento.

Al parecer, dedicarse a la política en según qué sitios es todo un negocio porque, que sepamos, el señor Benach no terminó primero de Medicina, ni al parecer es poseedor de otros estudios ni conocimientos. Claro que no necesitará dedicarse a otros menesteres porque el expresident del Parlament cobrará, en resumen: 104.008,95 euros brutos anuales durante los próximos cuatro años, así como una pensión vitalicia de 78.006,71 euros cuando cumpla los 65 años y es que, de acuerdo con la normativa vigente en Cataluña, Benach tiene derecho a percibir, como el resto de los expresidentes, "por un período equivalente a la mitad del tiempo que ha estado en el cargo, y como mínimo durante una legislatura", una asignación mensual del 80% de la retribución mensual que corresponde al presidente parlamentario.

Después de la rebaja del 15% aplicada, el sueldo anual bruto para el expresidente del Parlament es de 130.011,189 euros, a pesar de no tener ninguna formación, porque suponemos que no volverá a su puesto de barrendero en la Generalitat, que es así como figuró de funcionario.

Por cierto, a este señor tan de izquierdas se le conoce también porque en 2008 se gastó un pastón de dinero público en adaptar su vehículo oficial, un Audi A8 limusina, instalándole, entre otras cosas, un reposapiés, televisión y un escritorio.

Creo que después de esto y de los escándalos político-económicos de los Pujol, Mas, CDC, CiU, Durán i Lleida, teatros y liceos en los que, al parecer, todo el mundo (los del Sur, no) han cobrado, los nacionalistas deberían de dar menos lecciones al resto del personal porque algún dinero de toda esta fanfarria lo pagamos todos los españoles, catalanes o no.