El Día Internacional de la Lengua Materna fue proclamado por la UNESCO el 21 de febrero de 2000, y se ha venido celebrando en diversos centros e instituciones para promover la diversidad lingüística y cultural y el plurilingüismo. Se eligió este día para recordar al Movimiento por la Lengua Bengalí, contra quienes, en la Policía y el Ejército del Estado pakistaní, que entonces ocupaba Bangladesh, abrieron fuego porque se manifestaban por sus derechos lingüísticos en Dhaka.

La lengua materna es la primera lengua que una persona aprende por influencia de su madre y de su padre en un contexto de la misma lengua. El proceso de adquisición de la lengua materna se diferencia de las segundas lenguas que se adquieren posteriormente. A la lengua materna se le viene llamando también primera lengua, para diferenciarla de la segunda y de la lengua extranjera. La materna es la lengua adquirida de forma natural, mediante la interacción con los padres y en el entorno inmediato y aún sin intervención didáctica. Entendemos que la lengua materna es aquella en la que el pensamiento la emite en contextos inmediatos, el miedo por ejemplo. Y en territorios con lenguas minorizadas es posible considerar más de una lengua como materna entre muchos de sus ciudadanos. Ocurre en Suiza y en Argelia. Y en España, en Cataluña, País Vasco o en Valencia, por poner tan sólo algunos ejemplos.

La lengua materna es la base del pensamiento. Sin lenguaje no hay pensamiento. Y lenguaje y pensamiento son simultáneos. Así, una habilidad incompleta en la lengua materna dificultaría el aprendizaje de segundas lenguas y de otros conocimientos. Por lo tanto, el buen aprendizaje de la lengua materna tiene un papel primordial contra el fracaso escolar. Las dificultades pueden provenir de los trastornos de la lengua oral, o el de la escrita (dislalias o dislexias). En este sentido, las dislexias no reeducadas pueden producir un serio analfabetismo funcional.

En relación con las lenguas, conviene conocer su permanencia territorial, ya que entendemos como lengua la que se habla en un país o en un territorio donde esa lengua tiene una gramática y hasta una literatura. Otra cosa son dialectos, sociolectos y hablas. El dialecto hace referencia a una variedad de lengua; en concreto, un dialecto sería la variante de una lengua asociada con una determinada zona geográfica: valenciano, procedente del catalán; o el español de México, o el de Cuba. Un sociolecto es una variedad lingüística usada por una clase social e incluso por una comunidad muy pequeña. Finalmente están las hablas que, como islotes lingüísticos, contienen sus particularidades, como es el caso de las hablas murcianas: seseo en zonas de término municipal de Cartagena o La Unión, como en territorios andaluces; el trueque de 'r' por 'l' en zonas del noroeste de Lorca o algunas de Jumilla (caso también del habla de Cuba); el 'ico' aragonés, o la generalización regional de la pérdida de 's' en el habla y en el final de palabras, como en Andalucía o Extremadura, y un largo etcétera que le hacen reconocerse como hablas murcianas.

El idiolecto es la variedad de la lengua hablada por una persona, el conjunto de peculiaridades que una persona usa y en las que sus registros se diferencian de alguna manera del uso de otros miembros de su comunidad lingüística. Este idiolecto está constituido por la confluencia de su dialecto, sociolecto y de su propio cronolecto (edad). Existen otras hablas consideradas científicamente como jergas desculturalizadas, este es el caso del espanglish. Como existen exageraciones que en su inicio fueron motivo de chanza para quienes las impulsaron a partir de la existencia de un habla. Este es el caso del llamado panocho que, ideado por un grupo de personas en la trastienda de una farmacia de San Antolín, disfrutaban con la burla de la manera de hablar de los huertanos de Murcia.

Este panocho se mantuvo como una mal llamada lengua, cuando realmente es artificial casi todo lo que conocemos a través de los llamados bandos panochos, ya que la verdadera habla de Murcia, de sus huertanos, la podemos encontrar como verdadera en la poesía del escritor de Archena Vicente Medina. Pero sobre ello hablaremos en otra ocasión, que vendrá al caso.

Lo que queríamos hoy identificar es la naturaleza de una lengua, la materna, que, con caracteres científicos de lengua en España tenemos sólo cuatro (español, catalán, vasco y gallego). Lenguas éstas que deben pervivir y revitalizarse en el sentido que la UNESCO determina, precisamente por la importancia de la inclusividad cultural: la defensa y promoción de la diversidad lingüística y cultural y el plurilingüismo. Y en unos tiempos donde, en muchas ocasiones, es muy difícil conocer la lengua materna de las personas, sobre todo aquellas que han estado y siguen estando en contextos distintos a la lengua materna, personas que son bilingües y conocen otra lengua nueva que practican de acuerdo con su trabajo y su vida, y que conociendo la diglosia por voluntad del uso en la sociedad donde viven, hacen que se convierta en toda una celebración intercultural.