La Universidad Politécnica de Cartagena conmemoró el pasado lunes la festividad de Santo Tomás de Aquino con una solemne ceremonia que se celebró en el Paraninfo del antiguo Hospital de Marina. Durante el acto, al que no acudió ni el presidente de la Comunidad Autónoma ni ninguno de sus consejeros; se entregaron varios premios y distinciones académicas, entre ellas la Medalla de Oro de la Universidad al catedrático Félix Faura, rector de la UPCT entre los años 2003 y 2012. AsImismo se invistió Doctor Honoris Causa al catedrático de Ingeniería de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid, Juan Miguel Villar Mir, presidente del grupo empresarial que lleva su nombre y ministro de Hacienda en el primer Gobierno del rey Juan Carlos I.

El señor Villar Mir y los cientos de invitados que acudieron al acto pudieron llegar hasta el aparcamiento que hay junto a la Escuela de Industriales en sus vehículos, gracias a que ese día, al no ser lectivo, estaban libres la mayoría de sus plazas. Con lo que se ahorraron el itinerario que muchos estudiantes, profesores y funcionarios recorren a diario cuando se dirigen a este campus. Me refiero a la subida por el Callejón del Herrero. Curioso lo que ocurre en este acceso que va desde la calle San Diego hasta las proximidades del cuartel de Antigones. El tramo que llega hasta la calle San Crispín se conserva perfectamente a pesar de su antigüedad. Sin embargo, los tres tramos finales de las escaleras, que ya pertenecen al nuevo Barrio Universitario y, por lo tanto, son de reciente construcción, ofrecen un aspecto lamentable y están totalmente deteriorados. Espero que alguien pida responsabilidades por este fiasco de obra y se reconstruya algún día.

Tengo entendido que el señor Villar Mir, que llegó esa misma mañana a San Javier en su avión privado, regresó a Madrid al finalizar la comida, por lo que, supongo, que no tendría ocasión de ver con detalle el campus de la Muralla del Mar. Menos mal, porque así se ahorró el lamentable espectáculo que presenta esa inhóspita plaza, reconvertida en aparcamiento -visiblemente insuficiente- que hay a la espalda del edificio que acogió la ceremonia.

Una plaza que se quiso adecuar como un punto de encuentro entre la ciudad y su universidad. Proyecto que con el paso del tiempo ha quedado olvidado. Como también parece olvidada la recuperación del anfiteatro romano, que espera, desde hace siglos, bajo la antigua plaza de toros. Nos hemos dado por satisfechos con recubrirla con ese llamativo andamiaje y, ahí está, ocupando resignadamente el lado de poniente de la plaza.

Una última reflexión. En el acto estuvieron presentes: el concejal de MC, los dos concejales de Izquierda Unida y tres de los cinco concejales del PSOE, pero ninguno del PP. Me parece a mí que en estos tiempos en los que tanto se está recortando a la educación, en los que las universidades públicas de la Región ven menguar sus presupuestos y se les deja a deber importantes partidas e incluso se empiezan a lanzar globos sonda sobre la posibilidad de volver a hacer a Cartagena, campus de Murcia, es inconcebible, que ni la alcaldesa ni ninguno de los 18 concejales de su equipo de Gobierno tuvieran tiempo para acompañar, yo diría más, para arropar, a la Universidad Politécnica de Cartagena, en el acto académico más importante del curso.