Asumido por parte del presidente del Gobierno que «no podemos elegir» (es decir, que nuestros vigilantes avanzan en el control del país, a falta de la intervención total), el ´gran ajuste´ anunciado por Mariano Rajoy, que pretende conseguir 65.000 millones de euros con subidas de impuestos y recortes del gasto, intenta conseguir la confianza de la troika y de los inversores. Pero, como ha ocurrido tantas veces desde el recorte de Zapatero, en mayo de 2010, el tiempo demostrará que es insuficiente.

La razón es que se sigue actuando más por la vía de los ingresos (como en el caso del aumento del IVA), que por la de los gastos (la supresión del 30% de concejales no entrará en vigor hasta 2015 y con la reducción de la paga extra de los funcionarios, castigados por segunda vez durante la crisis, se ahorrarán 4.000 millones de euros, frente a los 4.500 generados durante 2010). Sin embargo, no se cambia la estructura de la Administración pública, como lo demuestra el refuerzo de las Diputaciones impulsado por Rajoy (pese a ser organismos opacos, que actúan con discrecionalidad, de difícil control democrático y lugar de retiro de colegas de partido).

Incluso cuando se actúa por el lado de los ingresos, sigue habiendo un colectivo que sale indemne de los recortes (al menos, desde el punto de vista de sus ingresos nominales): el de los casi nueve millones de pensionistas, cuando se han visto afectados, a la baja, todos los demás (empleados privados, funcionarios o parados). Si sumamos a ello el hecho de que deberán producirse nuevas reformas estructurales (en poco tiempo se exigirá una nueva vuelta de tuerca a la reforma laboral, que desproteja más a los indefinidos, ante la exclusión del 50% de los jóvenes del mercado de trabajo), más pronto que tarde veremos a Rajoy anunciar «cosas que hago y no me gustan».

CÓMO LO VEN

Brasileños endeudados. The Christian Science Monitor describía la última paradoja de Brasil: mientras la economía se está ralentizando, el consumo no para de crecer. ¿La causa? El creciente endeudamiento de la clase media brasileña, para acceder a objetos de consumo (desde el smartphone al coche) de difícil acceso con un sueldo medio (casi un 25% de los que ganan entre 1.000 y 2.300 dólares gasta la mitad de su salario en pagar deudas). ¿De qué nos suena toda esta historia?

Exceso de pymes mediterráneas. Un analista de Slate, Matthew Yglesias, establecía una correlación entre las graves dificultades económicas que padecen las economías rescatadas (o a punto de serlo) del sur de Europa, como Italia, Grecia o España, y el elevado predominio de las pequeñas y medianas empresas en dichas sociedades. Ello no sería un síntoma de apoyo al espíritu emprendedor sino, más bien, el resultado de una mala regulación y de elevados niveles de corrupción (donde la familia y los lazos personales importan más que los contratos).

CÓMO NOS VEN

Más tiempo por recortes. Reuters resaltaba, antes del anuncio de Rajoy, el año adicional (hasta 2014) que había logrado España para reducir el déficit público al 2.8%, a cambio de importantes ajustes, que combinarían subidas de impuestos y recortes de gastos durante los próximos años. Entre las primeras, estaría la tantas veces negada subida del IVA mientras que, entre los segundos, habría una reducción de las prestaciones de desempleo y una bajada de sueldo a los funcionarios.

Abogan porque nos vayamos. Wolfgang Münchau, prestigioso analista de Financial Times, concluía que ante la escasa predisposición alemana de no avanzar (o de hacerlo muy lentamente) hacia un proceso de unión bancaria y fiscal en Europa y tras dispararse las primas de riesgo de España e Italia a niveles cada vez más insostenibles, los dos países mediterráneos deberían preparar planes de contingencia para abandonar la eurozona con el menor estropicio posible.

QUÉ SE CUECE

El IVA pasa de largo. Pese a los malos augurios que se cernían sobre el sector, Comunicació 21 señalaba que la subida del IVA (del tipo general al 21%, desde el 18% y del reducido, del 8% al 10%) no afectaba a aquellos productos gravados con el impuesto indirecto superreducido, del 4% (entre los que se encuentran los bienes de primera necesidad€ y los libros, periódicos y revistas impresos). En cambio, el mercado digital ve como deberá pagar un 21% desde ahora.

Revistas femeninas, en auge. El Economista señalaba las intenciones del grupo Planeta de traer a España la revista femenina Grazia (con notable implantación en Francia e Italia), a partir del próximo otoño. Dicho semanario podría repartirse con el periódico La Razón, por lo que el grupo dirigido por José Manuel Lara trataría de abrirse un hueco entre las revistas relacionadas con la mujer y la moda, en clara competencia con Yo Dona (Unidad Editorial) o Mujer Hoy (Vocento).