Una de las medidas de ajuste presupuestario adoptadas por nuestro Gobierno regional cuyas consecuencias se traducen en mayor precariedad para los trabajadores de nuestra región se refiere al repentino cese de los docentes interinos de la educación pública este próximo 30 de junio. Contradiciendo las condiciones iniciales para este curso, que incluían un nombramiento hasta final de agosto para los interinos que ocupan plaza vacante, la consejería decidió hace meses y acaba de comunicar a los afectados su cese dos meses antes de lo previsto. Nada dice sobre su posterior incorporación, hasta ahora efectuada a 1 de septiembre, y cualquier posibilidad de cara al próximo curso queda abierta.

El colectivo de docentes interinos desarrolla un volumen de trabajo indispensable actualmente en nuestras aulas de Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional, Educación de Adultos, Escuelas de Idiomas, Conservatorios, Escuelas de Arte y Diseño. De pronto, 5.000 personas quedan en situación de desempleo a finales de mes y aproximadamente la mitad es previsible que no vuelvan a su puesto de trabajo como consecuencia de las políticas que hacen pagar a la Educación la crisis provocada por otros.

La condición del docente interino no desmerece en modo alguno la labor propia de un educador más dentro de nuestro sistema educativo. Afortunadamente, son ya casi imperceptibles las actitudes de menosprecio y las condiciones de trabajo precarias con las que este colectivo tuvo que convivir años atrás. La dignificación profesional de estos trabajadores se ha venido consiguiendo gracias al compromiso sindical, a la actitud dialogante de la administración educativa y al creciente respeto que su propio esfuerzo ha generado en los centros de trabajo, donde las medidas laborales justas han propiciado la integración como profesionales.

El acuerdo de interinos de 2004 supuso un avance histórico en este sentido. La capacidad de organización de los trabajadores en torno a sus sindicatos de referencia se vio reflejada en unos compromisos que han dado una estabilidad muy productiva dentro de la precariedad inherente a la condición de interino. Tal estabilidad ha impulsado el desarrollo personal, familiar y profesional de miles de trabajadores docentes durante los últimos años.

La decisión de acortar el contrato de trabajo y los recortes en educación, con la expulsión de más de 2.000 interinos del sistema educativo para el próximo curso solo van a procurar más precariedad en un colectivo que en modo alguno es culpable de la situación económica y financiera de nuestra región, cada vez más oscura por muchos cantos de sirena que nuestros responsables políticos quieran lanzar al aire. Además, se trata en general de personas jóvenes que han podido iniciar sus proyectos vitales a partir de oportunidades de trabajo en ocasiones limitadas pero suficientes para ellos. Estamos hablando de personas que han visto compensado su esfuerzo académico con unas posibilidades de empleo esperanzadoras para su futuro. Personas jóvenes que escapaban hasta ahora de las crueles cifras de desempleo y precariedad laboral que dinamitan a su generación.

Se olvida muy fácilmente la aportación a la calidad educativa de este colectivo. Por su preparación, por su motivación, por disfrutar de unas condiciones laborales dignas, podemos afirmar que los docentes interinos han aportado calidad suficiente a nuestras aulas como para ganarse el respeto del resto de profesionales de la educación. Hacer caer sobre ellos las consecuencias de políticas erróneas que han causado el desfalco de las arcas públicas en nuestra región supone un error político de primera magnitud y una forma de engaño sobre los verdaderos motivos que nos han llevado a la situación actual.

Queda por comprobar el resultado de los recortes previstos en nuestra eficiencia educativa. No puede predecirse nada bueno. El Gobierno regional empezó el 2011 acusando a los funcionarios públicos de absentistas. Ahora la toma con el colectivo interino, el más precario, pero no el más prescindible. ¿Cuál será el próximo objetivo a abatir?

Queda responder a golpe de organización sindical, resistencia a los atropellos y dignidad que sirva de testimonio a nuestros alumnos, también ciudadanos.

El 20 de junio volveremos a llenar las calles porque no nos callamos ante los atropellos.