Hubo un tiempo en que los recortables eran unos de los juegos preferidos por los niños. Consistían en láminas de dibujo, de distinta temática, en las que destacaba una figura principal sobre la que se acoplaban las demás. El entretenimiento estaba asegurado, la ilusión infantil se aplicaba en adquirir la destreza para completar con la mayor perfección estas manualidades. Colorear, recortar y pegar al alcance de todos porque las piezas siempre encajaban. Juegos de niños que muchos mayores recuerdan con nostalgia y más ante tanto recorte desencajado. No se ha hecho juego limpio y no es fácil saber a qué atenerse.

¿Por qué no se han seguido las reglas? ¿Por qué no se delimitan responsabilidades? ¿Dónde están los elementos que faltan para aclarar determinadas actuaciones? Extraño puzle de piezas que no encajan. No se trata de un juego de niños. La nostalgia nos lleva a recordar tiempos mejores. Ahora parece que queda poco conforme a razón.

La clase política no lo tiene fácil, muchos temas para lecciones mal aprendidas. Mientras la prima de riesgo se alza con mando en plaza en un terreno baldío, no son pocos los que se afanan para reconstruir España y no precisamente a ladrillazos. Hacer lo imposible es condición sine qua non para achicar las aguas cenagosas que hunden nuestro barco. Enfangados o no, la tarea es común. Pasar de la ambición a la generosidad y de la mentira a la verdad. Empeño clarificador. El paro asiste como perenne convidado de piedra en cada uno de los estamentos sociales. Nuestra ajada piel de toro está para pocas corridas. Necesitamos grandes figuras que rematen bien la faena. Creo que ya sabemos quiénes puede hacer el paseíllo. Juego y espectáculo. Crear empleo, invertir, crecer. Trabajo y esperanza. Estudio. Talentos. Nadie da lo que no tiene. Hacer fructificar entendimiento y voluntad.

Gracias a Dios, todavía hay mucho que sí podemos hacer. Cuando queremos, cuando nos unimos somos una buena selección. ¡A por ellos! Buena chispa para el resurgir de muchas vidas. Recomenzar llenado nuestros días de tantos buenos afanes. Trabajo bien hecho. Cuentas claras. ¡Juego limpio!

Recortables. Ir ajustando piezas. Rectificar vale la pena. Seguir en la brecha desde la situación en que nos encontremos. Ilusión y constancia. Este juego va en serio, tenemos que ganar.