Creo que es el momento de dejarse las quejas y empezar a actuar. Y puesto que los que conformamos la sociedad somos miembros individuales, pongámonos todos a ello. Me pregunto por qué no ayudar a nuestro Gobierno a darle soluciones que a lo mejor no ve.

A nivel europeo propongo que igual que hay una agencia que, cada dos por tres, desde EEUU asusta a Europa anunciando qué país de sus integrantes se ha hundido en la crisis un poco más, creamos otra en Europa que señale a EEUU indicando su situación, no mucho mas boyante que la nuestra. Si todos estamos igual nos asustaremos menos.

En España ya han salido en la prensa iniciativas ara buscar soluciones con imaginación. Por ejemplo, que para poder continuar con la investigación científica, el 0,7 de nuestras rentas pase a ese campo. Propongo desde aquí vuelva la publicidad a TVE, ya que de todas formas nos ponen anuncios de su propia producción, así que nos va a dar igual levantarnos del sofá por un motivo o por otro. Con este gesto de gasto cero algunos milloncejos se podrán utilizar para tapar agujeros. Otra idea, difícil pero no imposible —por ello luchan todos los países de la cuenca mediterránea— es que España está llena de pueblos antiguos, con cascos medievales, renacentistas o barrocos. Vendamos esto como reclamo turístico (nuestra especialidad). Vino, comida, arte y artículos de lujo, todo de calidad, es la combinación perfecta y exótica ante países como Japón, China, Rusia, Canadá o EEUU.

A nivel local, nuestra Comunidad sacrificó mucho en calidad agrícola en pro de las ganancias. Mazarrón ha perdido su competitividad frente a Marruecos con el tomate. Los extensos invernaderos que daban tantísimo trabajo a la zona son cosa del pasado. Pero también es cierto que lo que se producía para la exportación era un tomate acuoso y sin sabor. Si se exporta algo, que sea de lo mejor, que si no ganamos por baratos, lo hagamos por la calidad.

Tampoco debemos pensar que los europeos que vienen a vivir como segunda residencia a Murcia sean tontos. Hemos querido venderles nuestras secaeras como lugar ideal de esparcimiento, sitios adonde nadie de nosotros se iría a vivir aunque le regalasen los apartamentos. Muy distintos de los pueblos croatas, helenos o italianos, llenos de encanto y de vida. Es por eso que en sitios donde se han integrado dentro de un pueblo no ha habido tanto problema urbanístico. De esto se debería aprender algo. Procuremos que nuestros pueblos mantengan su riqueza cultural y urbanística porque eso es precisamente lo que se busca.

Por último, apelo a la imaginación individual y a nuestra capacidad de trabajo. No nos creamos lo que nos dicen de que quedan tantos años para salir de ésta, porque si no hacemos nada, otros nos quitarán el pan de la boca.