No soporto a los abusones. El abuso de poder me enferma. Los engañabobos son abusones, y también me sacan de mis casillas. ¿Ejemplos? Pues los videntes, los curanderos... y, voilà, nuestros queridos Gobiernos y sus amigos los Bancos.

A ver. Que me entere yo. ¿Les han dado a los bancos un maletín con nada menos que 5.000 euros por cada español? Pues resulta que no. No han transferido la pasta de cuenta a cuenta, como sí han hecho en países anglosajones. Lo han hecho aún peor: los han —los hemos— avalado. Eso implica que, si un banco quiebra y tiene deudas (que las tienen) España apoquina. España somos nosotros y nuestros bolsillos. Como resultado del aval, a los pobres bancos y a sus directivos, con sus fabulosas rentas personales, se les calma el estrés y duermen como bebés. Los chicos de la prima de riesgo, que saben esto muy bien, nos la suben, pues el Estado, avalando a esta mafia, contrae un mayor riesgo de quiebra. Al subir nuestra prima de riesgo, pagamos más intereses... y ya hay excusa suficiente para quitarle dinero a la sanidad, a la educación, a las jubilaciones y demás chorradas de esas del bienestar.

¿Qué hacen los bancos entonces? Endeudarse más, porque quienes les prestan saben que otro (nosotros) acabará pagando. ¿Qué es lo que no hacen? Reducir los precios de los pisos para venderlos, por no sentir presión alguna. Es decir: los bancos se endeudan, el Estado avala más y la prima de riesgo española sigue subiendo. Para que quede claro: sí, se ha transferido dinero de nuestros bolsillos a los de los bancos. Pero se les ha dado a oscuras, diciendo pública y repetidamente que no. Mintiendo. A hurtadillas. En mi pueblo, eso se llama estafa.

350.000 millones para ´rescatarlos´ y sumirnos en la deuda. Casi 5.000 euros por cabeza entre 2008 y 2010. 5000 euros por barba para rescatar a un sector con beneficios en torno a los 20.000 millones por año. Cantidades de monedas que, como calculan por ahí, nos llevarían más allá de la Luna. Y hay quien dice que, con el 1% de lo entregado a los bancos por todo el mundo, habríamos erradicado el hambre en el planeta. No me sorprenden nada esos cálculos. Esto es cachondeo. Teniendo en cuenta que la banca no cumple su parte de aporte a la sociedad y que su presión sobre los Gobiernos resulta notoriamente nociva, sería objetivamente más productivo hacer una pira con todo ese dinero y calentarse una larga noche de invierno o, incluso, tirarlo a un inmenso retrete.

¿Quién rescata a la sociedad? Hubiera estado bien gastarse la mitad de la pasta en hacer que los autónomos pagasen un tercio de lo que pagan durante años, reducir impuestos, invertir en investigación, universidades (si sólo fueran honradas), o en crédito oficial. Hubiera estado bien apoyar a las pymes para que vendan más y mejor en otros países, para que las contrataciones les salgan más baratas. Pero no, y encima, la flamante reforma laboral, incita a despedir a precio de saldo y a adelgazarlas. Hubiera estado bien que se obligase a los bancos, sí o sí, a dar créditos. Y entérense: podrían haberlo hecho, tienen mil formas de obligarles. Lo que pasa es que no les da la real gana. Porque forman parte del mismo chiringuito.

En fin, un chiringo hecho a medida de las grandes corporaciones y, ante todo, de los bancos. Pero no es tarde para actuar. Sin nosotros no son nadie. Sal a la calle mañana viernes, 24 de febrero, con nosotros; a las 20 horas, cacerolada frente al Banco de España, en Murcia. Es hora de sacar tu mejor vajilla.