La estrategia pretende varias soluciones:

A. Crear nuevos contenidos y conocimientos que permitan renovar las referencias que, desde hace cierto tiempo y, por tanto con cierto desfase, alimentan las nuevas tecnologías de la información en el necesario y fundamental proceso de divulgación histórica. Un ambicioso plan que lleve a cabo una historia local de cada uno de nuestros 45 Ayuntamientos, teniendo en cuenta, previamente, un estado de la cuestión y la situación historiográfica de cada territorio, podría poner al día la historiografía regional. Plan que, por cierto, a finales de los 90, llevó a cabo el País Vasco.

En este contexto se presenta la sugerencia de creación de nuevas propuestas: cómo plantear el pasado romano o árabe en el conjunto de las localidades donde contamos con importantes restos, y no solo en Cartagena o Murcia, también en Caravaca o Lorca respecto al pasado romano; o el Museo de Las Claras, el conjunto de Monteagudo, el yacimiento de San Esteban, Medina-Siyasa en Cieza, respecto al pasado árabe; la huerta de Murcia ofrece múltiples posibilidades como espacio donde se integran diversas culturas y modos de vida a lo largo del tiempo con variables explicativas etnográficas, antropológicas y sociológicas, aparte de históricas. El pasado medieval y la sociedad del señorío como sistema social articulado a través de castillos, torres homenaje y zonas fronterizas con Granada y el mar como ejemplos (Alhama, Aledo, Lorca y el Mar Menor, localidades a integrar). El hombre prehistórico en Cueva Victoria o la Serreta. El Valle de Ricote con sus huertas y el pasado morisco ofrecen otra gran posibilidad.

En definitiva, articular los centros de interpretación y los consorcios turístico-históricos existentes en conjuntos más homogéneos y globales que multipliquen sus posibilidades y ofrezcan una imagen mucho más real, verídica e histórica de un espacio que debe entenderse de manera conjunta y más allá, por tanto, de cada Ayuntamiento, lo que implica una gestión centralizada.

Las vías de comunicación y un tiempo máximo de una hora en autobús permiten y facilitan dicha propuesta. En ella el factor creativo y artístico con la red de museos es un complemento que da a la Historia y al pasado verdadero sentido y vida y, en consecuencia, al presente.

B. Realidades históricas versus centros de interpretación. Se trata de destacar la existencia de realidades históricas que superan, ampliamente, los necesarios, en ocasiones, centros de interpretación. En este sentido es necesario potenciar dichas realidades y repensar nuestro pasado a partir de las infraestructuras histórico-culturales y turísticas existentes. Ello supone renovar los métodos de trabajo y las formas de pensar la historia en términos culturales, sociales y plenamente divulgativos. Un ejemplo puede servirnos de guía: nos referimos al caso de la localidad de Pliego que con el proyecto Calle del Agua va a llevar a cabo una revisión histórica de su pasado y de su presente en términos histórico-artísticos, culturales y turísticos.

C. Potenciar un portal de contenidos histórico-culturales y turísticos. Las nuevas tecnologías juegan un papel fundamental en el proceso de difusión y divulgación histórica y cultural. Centralizar la información de las distintas propuestas de entidades públicas y privadas con una determinada orientación que integre y difunda las realidades turísticas y culturales regionales puede significar un verdadero paso adelante. Se trata de partir de lo existente, pero con un enfoque nuevo y totalmente específico.

Pero es necesario canalizar estas tres soluciones concretas y, sobre todo, enmarcarlas en el contexto básico y fundamental: el de la formación. En este sentido, la Fundación Centro de Estudios Históricos e Investigaciones Locales Región de Murcia y la cátedra de Estudios Locales Juan Torres Fontes, en colaboración y mediante convenio con la Universidad de Murcia y la unidad institucional a la que hacíamos referencia va a poner en marcha una serie de cursos, jornadas y actividades formativas como primer eslabón de una cadena de iniciativas que deben estar perfectamente interrelacionadas. De esta manera se logrará calidad, diversificación, diferenciación y, finalmente, creación de marca

Es evidente que un proyecto sin financiación carece de cualquier entidad y es papel mojado. Sin embargo, más que financiar nuevas partidas —en algunos casos es necesario—se trata de reorientar, canalizar y estimular un proyecto cuyo principal objetivo no es otro que el de cualquier campo científico: integrar, con unidad de objetivos, la investigación básica y trasvasarla mediante la unidad de instituciones a la investigación aplicada.

Podemos señalar algunas referencias histórico-jurídicas, como: Mariano García Canales, (1995), Comunidad Autónoma de Murcia, en Enciclopedia Jurídica Básica, Madrid; Ángel Garrorena Morales, (2000), La autonomía murciana. Un intento de identificación, Murcia; Juan B. Vilar, (2003), El proceso de vertebración territorial de la Comunidad de Murcia. De reino histórico a autonomía uniprovincial, Consejo jurídico de la Región de Murcia, Cuadernos del consejo, 3; María José Vilar García (2004), Territorio y ordenación administrativa en la España contemporánea. Los orígenes de la actual región.

Los anteriores artículos de esta serie fueron publicados los días 14 y 17 de diciembre.