Quien cree que siempre la historia la escriben solo los vencedores, se equivoca. La historia, como la Fama, deidad estudiada por Ovidio, tiene voluntad propia y es aliada del tiempo, el cual acaba poniendo todo en su sitio. La teorías falsas acaban siendo destruidas por el poder justiciero del tiempo.

Vamos con la fiesta de la Navidad, fiesta cristiana que nosotros creemos por excelencia. Pues todo viene de un robo. De un quebranto de los que se decían seguidores de Jesus de Nazaret, de ese deber sagrado que manda no robarás ni tampoco mentirás. Es un robo descarado a una fiesta popular romana que se situaba en torno al 25 de diciembre como la fiesta del Sol naciente (las Saturnales). Algo de nacimiento había, pero no era de ningún hijo de un dios sino de un astro, el Sol, un verdadero dios para muchos, que en ese día empieza el ciclo de alargamiento de la luz.

Durante tres siglos no tuvieron los cristianos fiesta por el nacimiento de su fundador, ni si la hubo la ubicaban en el mes de diciembre, mes frío, que no encaja con aquellas fechas cálidas en que, según Lucas, nació el hijo de Yaveh, el dios judio, que eso era el Nazareno, un judío integrista o puritano, pues nació cuando los pastores dormian al aire libre por ser tiempo suave. Tal vez mayo. De paso otra curiosidad, según Celso, autor romano cien años posterior a Jesús de Nazaret, que le investigó, este Nazareno fue hijo de una mujer trabajadora casada con un carpintero, la cual tuvo un lío con un legionario romano desplazado en tierras de Judea, Pantero era el hombre del legionario según Celso, con el cual la mujer del carpintero tuvo un hijo, el famoso mesias, el carpintero la repudió y la mujer embarazada partió para tierras de Egipto a buscarse la vida. Su hijo fue educado en las élites sacerdotales, aprendió las artes de la magia y la curacion de enfermos de los magos egipcios, tuvo la misma suerte que Moisés, pues fue otro Moisés; al volver a Judea se hizo una clientela de seguidores que seguían sus estoicas prédicas. Siendo él un hombre distinguido le seguía una chusma social que no entendía nada pero que se maravillaba de sus logros curativos (según Celso siempre). Este parece ser el más verosímil origen del líder del cristianismo, hijo de una mujer divorciada y de un legionario romano y, al fondo, un carpintero mal avenido con su señora a la que repudia por infidelidad. La realidad y la verdad histórica acaban por imponerse.

Así que de fiesta del nacimiento del hijo del dios cristiano, nada, todo es una pura invención y fábula. Seguramente si renaciera el Nazareno tendría sonoras broncas con sus seguidores cuya ilegalizacion €estoy seguro€ pediría. Debe de ser una putada para un profeta crear una religion y luego ver que se transforma en un movimiento cuya praxis choca con los principios del fundador.

La fiesta del nacimiento del Sol tiene su correspondencia en otras culturas incomunicadas con la romana de entonces, como las mesoamericanas (los mexicas). Los romanos celebraban en esta fiesta tambien el recuerdo de la ´edad dorada´ en donde los hombres eran iguales, no había esclavos, por ello era conocida tambien como fiesta de los esclavos, pues se les reconocían derechos que no tenían durante el resto del año. Se intercambiaban regalos entre amigos, como ahora.

De modo que el verdadero sentido de la Navidad no es el nacimiento de ningún hombre luego subido al rango de un dios por sus seguidores. Es una ofrenda al dios Sol, lo más cercano a un verdadero dios, pues sin él la vida tal y como la conocemos en la Tierra sería un imposible aunque tal vez haya existido vida sin Sol antes de que empezara a iluminarse; los aymaras de Bolivia dicen en sus relatos orales ancestrales que hubo un tiempo anterior a este donde no había luz del Sol y que los seres del tiempo de la oscuridad eran muy diferentes a los de ahora, que cuando el Sol empezó a destellar, todos aquellos desaparecieron.

Despues de trece siglos de mentira y manipulación de la Iglesia católica, tan destinada a desaparecer como el euro, y no mucho después que nuestra actual moneda, es hora de que se sepa o divulgue el origen astronómico y genuino de la Navidad, la Natividad del Sol creciente. Vaya con este artículo mi ofrenda navideña al Dios Sol, que este es de los que se dejan ver y favorece la vida y la alegría. ¡Por Inti!