Después de haber estado en la Glorieta presente en lo que es todo un espectáculo y volver a mi casa, tuve esa sensación que da cuando uno viaja en transporte público y sin que nadie te lo diga, sabes que tienes que lavarte las manos, porque lo que tocabas no era higiénico.

Os voy a contar mi experiencia desde punto de vista alguien que ya está de vuelta de todo y con una opinión de la política que no se puede expresar sin decir una palabrota. Sacaría los colores a los rojos, a los verdes y a los turquesa (si tuvieran vergüenza, claro…).

Paseaba tranquilamente cogida de la mano de mi pareja el viernes por la tarde por el centro de Murcia y después de haber hecho nuestro itinerario de siempre (helado incluido y mirando pasar gente), me dijo "¿Vamos a la Glorieta a ver a los que están acampados?". Yo arrugué un poco el morro en un principio, pero asentí. Me despertaba curiosidad a la par que sabía que eso no volvería a verlo.

Allí había más curiosos como nosotros mirando todo aquello. Se nos distinguía a la legua. Al otro lado del río se oía un concierto de música Celta al que de buena gana me hubiera sumado. El contraste era absoluto (en ayuda a los damnificados del terremoto de Lorca terremoto de Lorca, pensé…).

Había oído, leído y visto en la tele, pero nada comparado con lo que allí pude ver con mis propios ojos. Juro que no me arrepiento de haber ido y dudo que vuelva a ver algo semejante, a menos que asista a uno de esos conciertos de música rock que duran varios días y que tan populares se han hecho y al que por supuesto, no iría.

Primero que nada, para los ´acampados´ ´indignados´ ´perroflautas´ ´antisistema´ 'spanish revolution', 'movimiento 15-M', o como se les quiera llamar, acampar justo delante de la ´casa del pueblo´ es toda una experiencia que después podrán contar como su batalla particular. Había muchas tiendecitas unas pegadas a otras. Gente echada en el suelo en colchones del vertedero dentro de carpas para dos a medio abrir. Un montón de perros pululando entre ellos. Gente verdaderamente rara, de esa que se ve los veranos en la carretera a pleno sol al final de Ronda Norte con un cartelillo escrito a mano con la leyenda "Granada" y que habría que estar locos para recogerlos. Pues entre los acampados había cartelillos de esa guisa, sólo que los mensajes eran otros.

Nunca había visto junta a tanta gente de pelos largos, rastas interminables, barbas mal arregladas, muchachas con pantalones ´guardapeos´ y aspecto de no haberse duchado en semanas (pero eso sí, con flores en el pelo). Cientos de piercing en narices, ombligos, labios, etc. La muchedumbre era como un muestrario de tatuajes con patas.

Me hizo reír un personaje que vi sentado. Me quedé un rato mirándole. Él no era un ´indignado´. ¡No señor! Él era un genuino perroflauta. No un ´pijo perroflauta´ de esos que viven como señoritos mientras lucen banderas republicanas y te relatan la guerra civil como si la hubieran vivido a la par que están a la última en tecnología y comodidades. Este era de los de verdad. Un ´guiri´ de esos que viajan con una mochila, pantalones a cuadros y un perro pulgoso que ni se sabe cuál fue la última comida decente que hizo y de vacunas ni hablamos. El hombre seguramente en sus andurriales se encontró sin querer, una acampada de gente como él y en pleno centro de una ciudad. El pobre no entendía nada de castellano y seguramente no tenía ni ´pajorera idea´ de qué se estaba cociendo entre esa multitud, pero formaba parte totalmente integrada en el paisaje. Le observé un rato vi que él no protestaba ni reivindicaba por nada, simplemente hacía lo que sabía hacer, tocar su armónica con su perro al lado echado en un trozo de caja abierta en el suelo a modo de cama y al que a momentos acariciaba. El guiri guarro simplemente se encontró a otros que se le antojaron como él y se instaló ahí como uno más. Hará amigos -pensé- porque haberlos, los había a montones.

Algo destacaba entre el montón de carpas y era el cartel de "Agua para Todos" del Ayuntamiento, pero que en este caso, sinceramente no parecía el lema de siempre y que tanto hemos defendido y que ha sido el lema de Murcia. Más bien parecía un clamor de la ciudad ante la sensación de desorden y suciedad que se percibía, pero que en honor a la verdad no era tal. Yo no vi suciedad en el suelo, pero sí que se percibí como tal lo que ese grupo de gente proyectaba con su aspecto. "Agua para todos" con una manguera a presión… Con esas pintas, yo los hubiera cogido a todos, uno por uno y les hubiera metido en remojo un buen rato (en agua para todos, claro) y después, bien limpitos y con su pelito lavado, les hubiera metido mi máquina de cortar el pelo desde la nuca hasta las cejas dejándoles en condiciones para protestar de verdad o reivindicar las buenas cosas que piden, así se les oiría con seriedad.

Lo que piden está bien. Al comienzo de este movimiento llamado por los medios "Movimiento 15-M" se veía todo tipo de gente y convivían todo tipo de atuendos y sus carteles tenían mensajes y razones muy convincentes pero esas gentes se han ido y han vuelto a sus trabajos, a sus casas y a su vida y algunos el domingo pasado (y esto me consta), hasta se fueron a cumplir con su derecho a voto. Sólo va quedando lo que hoy vi.

La fuerza de su protesta y los logros que hubieran podido conseguir se han diluido con la imagen que proyectan. Se ha perdido entre sus sacos de dormir y sus pelopinchos, rastas, piercings, pantalones guardapeos y otras yerbas. Su mensaje pierde fuerza sólo con verles. Lástima que esa protesta no esté avalada con un aspecto de gente de bien. Lástima que se haya hecho tanto chiste en los medios a costa de cosas tan serias como las que se supone que piden y lo peor es que los medios sólo cuentan la realidad con toda su razón ya que por sus atuendos y sus carpas y sus cientos de perros sarnosos, los cuales campan a sus anchas entre ellos, se han convertido en personajes de feria para algunos curiosos (como nosotros) y objeto mofa (de otros muchos), más que de mensaje de protesta política con la fortaleza suficiente como para ser tomada en cuenta y llevada a quién deba a fin de elevarla a clamor popular. Simplemente han hecho que el mensaje se diluya. Deberían recoger sus bártulos y despejar nuestra bonita ciudad. ¡Ya está bien!Democracia real ya

Fotos del "Movimiento 15-M"

Vídeos del "Movimiento 15-M"

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