Aprender que dos por dos son cuatro es útil, pero no hace a un ser humano.

Cada día se centra menos la educación de los niños en la repetición mecánica y memorística de datos. Lo verdaderamente importante es desarrollar las cualidades psíquicas infantiles tal y como existen en cada persona. Practicar el arte en los primeros años de la enseñanza es el mejor procedimiento para conseguirlo. Moldear un trozo de arcilla o entonar una canción en la escuela se ha considerado hasta hace pocos años un mero entretenimiento para ´ocupar´ el tiempo libre en los horarios de la enseñanza elemental. Desde su fundación, la UNESCO está recomendando que las asignaturas de arte deben situarse en la base de todos los programas educativos como actividad docente de la mayor importancia. Recortar papeles y pegarlos, dibujar, construir con piezas, etc… es el mejor vehículo para exteriorizar todo lo que un niño o niña lleva dentro en su proceso de desarrollo.

Naturalmente, la UNESCO, no se refiere a la ´asignatura de dibujo´, tal y como se ha entendido en nuestro país hasta hace unos años. No se pretende que los alumnos ´copien´ láminas, ni siquiera que reproduzcan la naturaleza. No se trata de ceñir la psicología de los más pequeños a unos esquemas preestablecidos que le son dados desde fuera. Lo que se pretende no es coartar la personalidad, sino todo lo contrario.

Es preciso que cada niño vierta en su obra todo lo que lleva dentro, con libertad de expresión, que se acostumbre a ejercer su propia singularidad, distinta a la de los otros niños, y, sin embargo en perfecta convivencia con ellos. Persona y sociedad son dos valores

fundamentales y compatibles que el arte enseña a ejercer desde los primeros años de la vida.

Las artes plásticas son adecuadas para el desarrollo de la voluntad, habilidad manual, imaginación, capacidad de atención y, sobre todo, para formar el carácter. La música cultiva el sentido del ritmo y de la belleza. Se han obtenido resultados excelentes en el tratamiento de ciertos casos de inadaptación social. Los ´niños-problema´ responden inmediatamente, dulcificando su carácter, cuando se les da la oportunidad de jugar a modelar figuras de arcilla u otra forma de creación artística.

Todo esto ayudará al niño, cuando sea adulto, a insertarse mejor en la sociedad y en los ambientes de trabajo, en donde necesitará mantener un alto sentido de su individualidad necesariamente unido al espíritu de solidaridad con el gran grupo.