No me lo puedo creer, la verdad es que no me lo puedo creer. ¿El qué? Pues las cosas que nos pasan en esta mi querida Cartagena.

Se nos van los militares del Naval, se va también el SMS de las mismas instalaciones, los militares no quieren volver y venden las instalaciones

y la UCAM decide instalarse en ellas abandonando las que para tal fin compró en Los Dolores a los mismos militares.

Esto, que parece algo simple, tiene muchas connotaciones. La primera es que está bien que la UCAM desembarque en Cartagena, pero no que lo haga como caballo entrando en una cristalería. La segunda es que anuncia que va a implantar Medicina y tras ella cuela Enfermería y Magisterio, que sepamos, pero a buen seguro que más titulaciones vendrán. Nada que objetar si no fuera porque Cartagena ya tiene Magisterio e incomprensiblemente la Escuela de Enfermería, pública y gratuita, amenaza con desaparecer, dando paso a la viabilidad de la de Lorca. Si uno fuese mal pensado creería que huele a tufillo programado. Primero levanto la de Lorca quitando la cartagenera, que luego sirve para que la UCAM triunfe implantándola de nuevo en la ciudad y cobrando por lo que ahora no se paga o casi. Sobre Magisterio ¡que casualidad! ahora que está implantado en la ciudad y fue el caballo de batalla entre UCAM e ISEN, que ganó ISEN limpiamente, pues ahora lo quiere poner la Universidad Católica en las instalaciones del Naval. ¿Con qué finalidad? Pues nada más claro: culico que veo, culico que quiero, y si de paso les doy por lo que me hicieron, pos mejor...

La tercera es que existe la posibilidad de que la UCAM consiga el Naval pagándole al ministerio de Defensa con su propio dinero, es decir, junto a posibles bulas papales y bendiciones, podría darse el caso de que pague con propiedades que antes fueron de tal ente. Me refiero a que pudiera existir la posibilidad de que la compra se realice con la venta del antiguo cuartel de Los Dolores, una vez recalificados sus terrenos por el nuevo Plan General de Urbanismo. Lo que se compró a un precio irrisorio ahora vale mucho más, tanto que casi se podría o se podrá pagar el Naval. Si hubiese existido interés por recaudar más dinero con la venta, el ministerio de Defensa de Trillo hace unos años hubiese solicitado la recalificación de los mismos para venderlos después a un buen precio, pero como el interés era ubicar la Universidad en cuestión en el

cuartel de Los Dolores se vendieron a la UCAM sin más pretensiones económicas.

La cuarta es la facultad de Medicina y un hospital anexo. Naturalmente que es bueno y muy bueno que haya otra facultad de Medicina, pero tan malo es la falta de servicios hospitalarios como la excesiva oferta de los mismos. La creación de otro Hospital Universitario —y serían ya tres en la ciudad— implica una cantidad enorme de servicios que serían inoperantes por falta de pacientes, aunque parezca una barbaridad. El Hospital Universitario del Rosell, el de Santa Lucía y todos los extraordinarios profesionales con los que cuentan, hacen inviable un nuevo centro de similares características, por lo que si la UCAM se empeña en construirlo es porque algo sabe que todos los demás ignoramos. Por ejemplo, y a modo de especulación, es posible que la UCAM ya sepa que su Hospital Universitario en Cartagena puede no ser el tercero sino el segundo, porque uno no va a continuar, algo similar a lo de Enfermería.

La quinta es sobre una residencia universitaria. Tal opción ya la contemplan en la pública, sólo es cuestión de tiempo, excepto que ya sepan

que no la van a poner por ajustes económicos.

La sexta es sobre nuevas titulaciones. Pero ¿hay tantos estudiantes para tantas opciones a precios desorbitados en un momento económico como el actual? Da la sensación de que algo saben que nosotros no sabemos.

Puestas así las cosas, parece que lo mejor es que la UCAM continúe con su proyecto de Los Dolores, construyendo una facultad de Medicina

con el apoyo de El Rosell y el Santa Lucía como únicos hospitales universitarios, que Defensa ubique en el Naval una residencia de descanso para militares de la OTAN, que contribuirán continuamente al desarrollo de toda la ciudad, que ISEN no tenga que cerrar Magisterio, que la Escuela Publica de Enfermería siga abierta sin presiones ni especulaciones sobre su futuro, que la Universidad de Cartagena siga siendo el referente de la enseñanza y desarrolle plenamente sus planes de cobertura de necesidades a todos los estudiantes que deciden optar por encontrar su futuro en nuestra ciudad. Entre otras muchas más.

Desarrollo sí, pero, como se dice ahora, que sea un desarrollo sostenible, sin cultura del pelotazo y sin vestir a unos santos desnudando a otros.

UCAM o UCACT, sí ¡pero no así!