Los dirigentes nacionales de UGT y CC OO se personaron en Murcia en la novena manifestación contra el llamado ´tijeretazo´ del Gobierno de Valcárcel. O falta de ´tijeretazo´, puesto que, finalmente, si se descuidan los dirigentes sindicales, negociando, negociando salen de sus encuentros con el Gobierno regional hasta con dote, ajuar, piso puesto y con más perras en la cartera que con las que entraron. La distinguida y en algún caso pilosa presencia de estos secretarios generales en Murcia sólo puede deberse a dos motivos: o bien coincide con que están de gira por provincias, como las empresas trashumantes del espectáculo, o bien los sindicatos de izquierda cuya marcha presidieron no se estaban

manifestando por lo que dicen, sino por lo que temen.

Ya la vida nos ha pelado bastante las canillas como para creernos que Méndez y Toxo se desplazan hasta Murcia sólo porque sus funcionarios tengan la obligación de ir a la oficina una hora y media más a la semana, que es el motivo oficial. Los sindicatos, para convencernos, nos están pidiendo aquella ´suspensión de la incredulidad´ que recomendaba el poeta Coleridge para poder disfrutar a nuestras anchas de la fantasía. No. A Méndez y Toxo les sobran los motivos para manifestarse. Pero ninguno de ellos es el que han señalado. Méndez y Toxo, si es que no están haciendo ´la turné de los grandes duques´ por provincias, vinieron alarmados a Murcia porque aquí alguien empieza a hacerse peligrosas preguntas.

Como, por ejemplo, si los arruinados contribuyentes deben seguir financiando el tren de vida de unos sindicatos que deberían proveerse exclusivamente con las cuotas de sus afiliados, como en Alemania. O si cierto número de liberados sindicales deberían empezar a pasarse algún día por el trabajo, aunque fuera para saludar. Peligrosas preguntas, que hay que estrangular en la cuna. Si no, la gente acaba pensando cosas raras. Como las que dice el impío sindicato de funcionarios Csif, el cual ha emplazado a UGT y Comisiones a renunciar a su nutricia subvención pública. Por cierto, compartida en parte con nuestros representantes empresariales, siempre arrojados cuando de jugarse sus cuartos se trata. Se empieza no teniendo claro que los sindicatos ´de clase´ españoles, en una democracia aproximadamente asentada, ya no pueden ser sindicatos ´de Estado´ que reciben tratamiento de industrias del INI franquista, y se termina incluso pidiéndole a alguno que trabaje. Es un debate que hay que cortar antes de que sea tarde.

Para eso acudieron Méndez y Toxo. Viaje de negocios. No sé cómo alguien todavía los difama con la cantinela de que por ahí vienen las elecciones y estos, enredando en la calle, quieren hacerle el trabajo sucio al PSOE. ¿Quién piensa en arrimar el hombro por el advenimiento del progresismo en Murcia cuando aquí algún desalmado les ha sacado a los sindicatos ´de clase´ el mucho más delicado tema de su pasta y sus vacaciones permanentes?