Presidente de la Asociación para la Defensa del Patrimonio Histórico de Cartagena (ADEPA)

Miembro del Foro Ciudadano de la Región de Murcia

No soy muy dado a creer en conspiraciones o agravios comparativos cuando se trata de asuntos que conciernen a las relaciones entre Murcia y Cartagena, pero en este caso hay indicios que me hacen creer que existe una doble vara de medir en ciertos asuntos.

La merecidísima declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del yacimiento de San Esteban, de la cual me congratulo como ciudadano, como miembro del Foro Ciudadano y como amante del patrimonio histórico, me provoca algunas reflexiones al compararla —inevitablemente— con lo que está sucediendo en Cartagena, en el Monte Sacro.

Si tanta importancia otorga el Gobierno del señor Valcárcel a la declaración de BIC que es, ciertamente, el más alto nivel de protección de un bien cultural ¿cómo es que no hace respetar en Cartagena la condición de BIC de la muralla de Carlos II o de Possi, que es BIC por la ley de Patrimonio Histórico (16/85); que se encuentra situada además sobre una colina histórica descrita por Polibio, colina que forma parte y es límite, a la vez, del Conjunto Histórico de Cartagena, que también es BIC según el Real Decreto 3046/80; y que, por si fuera poco todo lo mencionado hasta ahora, se ubica en la vecindad de otros dos BIC: el molino del Monte Sacro y el castillo de Zermeño?

La existencia de la muralla de Carlos II no ha sido conocida recientemente ni de forma accidental. Se descubrió hace ya siete años, en 2004, a partir de unas excavaciones arqueológicas cuyos resultados fueron conocidos por el Ayuntamiento y por la dirección general de Cultura. Desde entonces ha habido tiempo sobrado de delimitar su entorno; de incluirla en el Plan Especial de Cartagena (2007); de informarla desde la dirección general de Cultura; de declarar el Monte Sacro paisaje cultural; de plantear alternativas a la propiedad como se hizo cuando los mismos propietarios construyeron el edificio de la lonja a escasos doscientos metros junto a la Muralla de Carlos III. Pero nada de esto se ha hecho ni se ha reclamado que se haga desde la Administración regional de Murcia, que es la que tiene la máxima competencia en patrimonio histórico. ¿Por qué?

¿Cómo se explica que el Gobierno regional manifieste tanta sensibilidad ante las justificadas protestas ciudadanas en Murcia hasta el punto de declarar BIC el yacimiento de San Esteban y se muestre insensible ante los ciudadanos de Cartagena que vienen sufriendo los ruidos y molestias de una cantera urbana desde hace más de un año y que han tenido que recurrir a los tribunales para intentar conseguir que se aplique una ley como es debido?

¿Cómo se entiende que existiendo el precedente de la sentencia que condena al ayuntamiento de Cartagena a demoler la coronación de la Muralla del Mar —que es un murete de un metro escaso de altura— autorice la dirección general de Cultura a construir todo un edificio de diez plantas sobre la muralla de Carlos II en el Monte Sacro, que está obligando a demoler medio monte con el consiguientes gasto y molestias? ¿Quién será responsable de los costes en esta ocasión?

Yo quiero pensar que las intenciones de la Administración regional al declarar BIC el yacimiento de San Esteban son las mejores, pero si atendemos a las actuaciones de esa misma Administración en Cartagena en el caso que acabo de relatar, también podríamos pensar que una declaración de BIC no es gran cosa si la Administración que debe aplicarla no tiene después la intención de hacerla respetar, como está sucediendo en el Monte Sacro.

Encontrar una solución para la insensatez del Monte Sacro es mucho más fácil si cabe porque, al contrario de San Esteban, que se encuentra en una zona céntrica de Murcia, la parcela donde se está construyendo en Cartagena forma parte de una zona arruinada en la que se tardará mucho en construir como consecuencia de la crisis económica.

¿Qué problema insalvable plantea permutar esa parcela por otra vecina en el mismo Peri si a cambio se aplica la ley, se respetan los BIC que hay en el Monte Sacro y se permite que Cartagena siga siendo, al menos en parte, como la describió Polibio? ¿Enmendará el señor Valcárcel al ilustre historiador?