Una de las cosas que más me gustaba hacer cuando era adolescente mientras tomaba la merienda —y aún hoy lo sigo practicando de vez en cuando— era coger uno de esos enormes y gruesos libros de la librería de mis padres que recogían los acontecimientos más importantes de toda una década y recorrer las noticias como si yo formase parte de todos aquellos acontecimientos. Era como, si al leer todo aquello, uno comprendiese mejor el mundo en el que vivía; es decir; uno comprendía mejor de dónde procedía la historia de sus padres y —por añadidura— su propia historia.

Dentro de unos meses, como en años anteriores, saldrá publicado el Anuario de la Prensa de la Región de Murcia 2010, editado por la Asociación de la Prensa y el Colegio Oficial de Periodistas. En sus cerca de 400 páginas se recogen las noticias más destacadas de 2010 en el ámbito nacional y, especialmente, en nuestra región. Para hacer más fácil su consulta, el Anuario está dividido en diversas secciones —educación, sociedad, cultura, política, economía...—. En su elaboración participan relevantes firmas de periodistas y profesionales consagrados de distintos ámbitos, así como de nuevas promesas. Además de las noticias más destacadas, se recogen las opiniones de los principales personajes de la Región y se hace un repaso de la situación del sector periodístico durante el año. Resumiendo, una ambiciosa obra realizada por cerca de 40 profesionales al servicio de la sociedad. Y, sobre todo, al servicio de la Historia.

Realizar una obra de este tipo no es tarea fácil. Para ello se requiere un arduo y laborioso proceso de selección y un posterior proceso de

síntesis bastante complejo. Asimismo, se deben recoger y seleccionar las opiniones e impresiones de los implicados en las noticias seleccionadas y acompañar todo ello con documento gráfico. El resultado final es una radiografía detallada de lo sucedido en los distintos ámbitos durante un año. Con el paso del tiempo, la acumulación de los distintos anuarios se convierte en una inigualable obra de consulta, con el valor añadido de haber sido redactados en el momento en que sucedieron los hechos. Por todo ello, el Anuario... es un documento imprescindible para cualquier institución pública o privada que se precie; para cualquier institución pública o privada preocupada por el pasado de la Región y, por añadidura, por el futuro de la misma. Porque no hay mejor forma de intervenir en el futuro que conociendo el pasado.

Dicen que los pueblos no son más que las culturas que trasmiten. En este sentido, el Anuario... es un reflejo de la cultura de nuestra región, de nuestra sociedad. Es, en definitiva, una muestra de lo que somos y de lo que hacemos. En sus páginas se encuentra, por tanto, nuestra propia historia y, lo que es casi más importante, la historia de nuestros descendientes, de aquellos que un día, durante la merienda, leerán en sus páginas de donde proceden. Ahora sólo hace falta que desde las distintas Administraciones se sepa valorar su función y su calidad con todo el apoyo que se merece. Ese sería, sin lugar a dudas, el mejor modo de encumbrar nuestra propia historia, nuestra propia cultura.