No, no estoy hablando de la maravillosa trilogía de Krzysztof Kieslowski, sino del color que según las encuestas van a teñir a partir de mayo Ayuntamientos y Comunidades autónomas. Y el azul es el que tiene muchas papeletas de predominar en la inmensa mayoría de este país, y que el rojo, por tanto, tendría los días contados. Apoyados en esta tesis, muchos dirigentes populares piden, más con el corazón que con la cabeza, que se adelanten las elecciones generales, aunque me temo que aquí tira más el interés partidista que la cruda realidad, y permítanme que dude de que Rajoy tenga la Moncloa tan a tiro como dicen.

Imagínense por un momento el siguiente escenario dentro de un año: ETA finiquitada, la crisis que comenzará a formar parte de la memoria de este país y Rubalcaba como candidato por el PSOE. ¿De verdad creen que Rajoy lo tendría tan fácil? Muchos quizás entiendan ahora por qué quieren algunos elecciones generales ya.

Pero mientras llega 2012, primero hay que pasar por la prueba del algodón que supondrá mayo de 2011, donde los populares tienen puestas muchas esperanzas de empezar a pintar este país de Norte a Sur y de lado a lado.

A la Región de Murcia le quedan pocos pueblos que pintar de azul, y los más fervorosos seguidores de la gaviota sueñan con terminar por inundarlo todo, pero hay fundadas posibilidades de que, al contrario de lo que muchos piensan, sea el color rojo el que empiece a esparcirse de nuevo por esta Región.

A pesar de que el Gobierno regional atraviesa el peor momento de su etapa al frente de esta Región, que pierda su mayoría absoluta parece improbable, salvo que siga dándose coscorrones contra la pared él solo, y las dos ciudades más grandes, Murcia y Cartagena, también puede que sigan nadando en aguas azules, pero en el resto de grandes ciudades, el color no está tan claro.

Lorca puede de nuevo volver a cambiar de color. Dos son los motivos principales: uno, porque la actual corporación se ha entretenido más en culpabilizar al anterior equipo de gobierno en vez de buscar alternativas y soluciones para la gente; y dos, porque los socialistas vuelven a ofrecen confianza y credibilidad, e Izquierda Unida no ha dicho aquí su última palabra.

El Noroeste y Río Mula pueden convertirse en la nueva gran mancha roja que los socialistas necesitan. Mula presenta suficientes acreditaciones para seguir apostando por un proyecto que la puede convertir en referente turístico y cultural. Bullas ha dado, a pesar de la crisis, pasos importantes para mirar al futuro de frente. Cehegín ha cometido durante todo el año 2010 un error garrafal: convertirse en la ´pedanía´ más importante de Caravaca en su año jubilar, en vez de haber aprovechado un evento clave en el desarrollo de una ciudad que tiene mucho que enseñar. Calasparra seguramente será más ´navarrista´ que nunca, también es verdad que se lo ha ´currao´ como nadie.

En Moratalla, en cambio, tendrán que trabajarse más que nunca seguir en el poder. Por último, en Caravaca muchos sienten la necesidad de un cambio, y aunque sea por higiene democrática sería incluso bueno para la ciudad.

En el Mar Menor, o como algunos denominaron en su momento, el Mar Rojo, puede que sea de nuevo el azul del mar el que vuelva a pintar sus calles. Pudieran darse tantas combinaciones como colores tiene el arco iris. En el Altiplano tal vez haya sorpresas en las dos ciudades y el azul se convierta en rojo, y el rojo en azul; cosas más raras se han visto.

Donde no se contemplan muchos cambios, aunque probablemente puede saltar alguna sorpresa que otra, como en Abarán o Fortuna, es en el resto de la región. Lo normal es que sigan predominando los actuales colores, y es una lástima, ya que vivir siempre en una casa con el mismo color en las habitaciones puede ser aburrido y hasta malo para la cabeza.

Pero que nadie olvide que, como pasó en las últimas elecciones europeas y hace unos días en la vecina Portugal, el blanco sea el color que elijan los ciudadanos para pintar a sus políticos.