En tiempos de alarma valga la llamada que llega desde Puerto Lumbreras a la reflexión sobre la solidaridad con nuestros semejantes en dificultades físicas. Un bello título, Huellas ingrávidas, para un proyecto y acción que se presentó el pasado día 3 en el Centro Cultural de aquella localidad nuestra. El proyecto, que es una idea brillante de la periodista Sandra Ruiz, en su puesta en marcha hacia todo el año próximo, ha contado con su proyección de imágenes y sus propios textos. «Su objetivo ha sido crear un amplio espacio de diálogo colectivo donde explorar las capacidades diversas del ser humano y su interacción en la sociedad». El primer proyecto con Acción Ingrávida ha sido puesto en marcha en colaboración con ADICA, la Asociación de Personas con Discapacidad de Puerto Lumbreras.

Dimitri Papagueorguiu, un artista grabador griego afincado en España hace cincuenta años, desde que el hombre pisó la luna —satélite muy frecuente en sus estampas— grababa unas huellas humanas en el blanco solar de del circulo luminoso y romántico. Siempre fue, bien observado, una metáfora sobre la huella de los seres humanos sobre el mundo. ¿Quién no ha perseguido la huella de un sueño, de una quimera, de un amor o de una herida? ¿Quién no ha perseguido la huella de un poeta, de una música o de un mágico encanto? ¿Quién de nosotros no ha pisado la arena de la playa con la intención de que la próxima ola del mar la llevara con ella hacia no se sabe bien que grandeza? Algo así se me representa este dibujo sinuoso de nuestros pies o de nuestras manos sobre el vientre de los espacios que nos cobijan.

La huella nos identifica, habla de nosotros a los demás; ´dejar huella´ es un propósito noble cuando la fraternidad es su más cercana consecuencia. A mí, personalmente, me admiran estos proyectos altruistas pensados por la buena gente del planeta Murcia (en este caso en Puerto Lumbreras) que, sin ayuda institucional, da de sí lo mejor de sus almas al servicio de la colectividad y sus necesidades. Desde aquí sugiero una mano templada desde la Administración pública para llevar adelante con éxito esta —y otras— iniciativas con corazón bienaventurado e ideario en lo social y sensible.

En próximas ediciones otros artistas dejarán la huella de su calor interpretativo ante la solidaridad necesaria para la subsistencia moral del ser humano; otras luces iluminarán el gran foro de la ayuda imprescindible entre todos nosotros, con idéntico objetivo que en la presente convocatoria. Todos nos necesitamos y no hay mejor comprobación de lo que digo que nuestra propia huella y conciencia, sobre el papel efímero de nuestras vidas y las ajenas.