Apenas una breve presión que se efectúe sobre el ratón del ordenador para que éste actúe, puede cambiar el rumbo de una vida o de muchas. En el campo de las redes sociales todo depende de estar comunicados o enredados; el perfil es personal y universal al mismo tiempo, tiene fecha de inicio pero no suele caducar. Imágenes y palabras se convierten en propiedad de todo el mundo; por así decirlo, la privacidad se globaliza, es decir se integra e incluye en un planteamiento global que puede desenfocar e incluso maltratar el punto de vista inicial cuando no se han utilizado correctamente estas herramientas de comunicación. La vida de color naranja ha pasado a ser transparente (en positivo y en negativo). Para entrar… (la pregunta muchas veces sin respuesta es ¿dónde?) haz un doble clic sobre el icono. Las redes sociales son un excelente instrumento de comunicación si se utilizan como medio y no como un fin sin final que marca un punto y aparte en las relaciones más genuinas de la persona que a medida que la adicción crece se despersonaliza hasta llegar a niveles patológicos. Importa y mucho escoger los amigos en esas redes; pocos, buenos y bien conocidos.

Más allá del arte bizantino con su representación religiosa pintada o en relieve, los iconos son símbolos que mantienen una relación de semejanza con el objeto que representan. Lo real y lo virtual tratan de marcar un inseparable binomio cuya desaparición hace añicos los paisajes de la ilusión. En esto la gente joven que no ha estado debidamente asesorada lleva las de perder. Puede que una imagen siga valiendo más de mil palabras pero la palabra forma parte de ese cercano lenguaje que no sólo expresa lo que siento, también lo detiene. Reflexionar antes, durante y en el clic. La neutralidad de los medios no exime de la cautela y control de padres y educadores sobre niños y adolescentes a la hora de utilizar las redes sociales. Fundamental no dar clave alguna de acceso ni información personal. « ¡Una persona ´es´ lo que hace en las redes sociales!» . Lo curioso de todo esto es que estamos permanentemente comunicados e incomunicados.

La vida clic a clic es una preocupante reducción de la persona. Ésta necesita para desarrollarse unas relaciones humanas reales: las virtuales son además de un complemento casi imprescindible —por su alcance y contenido—, las protagonistas del cambio permanente de nuestra sociedad. Para entrar haga un doble clic en el icono del bien.