Mario Vargas Llosa ha sido premiado por la Academia Sueca con el Nobel de Literatura. El escritor declaró emocionado: «El premio es un reconocimiento, al menos en parte, al mundo del que vengo, que es el de la lengua española, una lengua moderna y atractiva que hablan cientos de millones de personas en el mundo procedentes de lugares, culturas y tradiciones distintas». Somos muchos pues los que en gran modo y con orgullo nos sentimos no sólo premiados sino con apremio por conocer, investigar y divulgar más nuestra lengua. Por fin la Academia sueca ha hecho justicia con el prestigioso escritor Vargas Llosa al tiempo que encumbra al castellano a la cúspide de la literatura universal. Como sincero homenaje, ríos de palabras surcan por los cinco continentes desembocando en los mares de la cultura: «Novelista excepcional y ensayista brillante, ejemplo de seriedad y rigor intelectual, personalidad culta y refinada, extraordinaria inteligencia, fecunda imaginación, ejemplo perfecto de escritor total, narrador de fuerza admirable, brillante, educado, seductor, mediático….», pero es el inmenso caudal del escritor hispanoperuano el que hace frondoso el grandioso árbol de nuestra lengua nutriendo sus ramas de la ´savia´ sabiduría —de quien ha hecho de la literatura una manera de vivir— que la fortalecen para cobijar las distintas culturas y tradiciones. Hablando de éstas, todos los jueves, la Academia Sueca (responsable de seleccionar al premio Nobel de Literatura) cena en el restaurante La Paz de Oro, Den Gyldene Freden. Hace unos años tuve la suerte de estar en este mítico lugar del siglo XVIII; quizá entre sus paredes ya había hecho eco el nombre de Mario Vargas Llosa.

«En casos como éste», afirma el veterano periodista José María Carrascal— es el escritor quien honra el premio y no a la inversa, como suele ocurrir». El reconocimiento ha sido unánime. Curiosa y premonitoria resulta la cita elegida en su próxima novela, El sueño del celta: «Cada uno de nosotros es, sucesivamente, no uno, sino muchos. Y estas personalidades sucesivas, que emergen unas de las otras, suelen ofrecer entre sí los más raros y asombrosos contrastes» (José Enrique Rodo, Motivos de Proteo). El sueño de más de cuatrocientos millones de hablantes en español se ha hecho realidad. El escritor es ´muchos´ y a través de su obra nos ofrece el asombroso contraste de la profundidad de la lengua como raíz perenne de cultura y comunicación. «Un narrador con fuerza admirable» (Víctor García de la Concha, director de la Real Academia Española) que ha hecho brillar de nuevo al castellano con luz propia.