Los dictados de la moda generan innumerables –además de garrafales- faltas de ´ortografía´ que, hoy por hoy, parecen incorregibles. Existe un laberinto de pasarelas urbanas imposibles de descifrar; confunden, desorientan y no conducen a ninguna parte. Nada es lo que parece y lo que parece no es. Renglones torcidos y mala caligrafía se encargan obstinadamente de una pésima presentación. Pseudo-moda despuntada y desvencijada a la que poco o nada importa para un roto, un descosido; el personal queda aturdido y enredado entre harapos y colgajos que en vez de vestir, enfundan y desenfundan el cuerpo humano. "No concibo la moda como un disfraz" (Karl Lagerfeld). En algunos sectores de la sociedad, es fácil observar junto a la degradación de la escala de valores, el desmoronamiento de los clásicos cánones de belleza; la auténtica, permanecerá siempre. Los grandes diseñadores perfilan, adornan y matizan la expresión corporal teniendo en cuenta el ser y estar de la persona. El buen gusto y la calidad de tejidos y abalorios conforman la elegancia. Magnífica muestra la del Museo del Traje en Madrid. Piezas únicas y exquisitas que desfilan por una pasarela intemporal. "Las modas pasan, el estilo permanece" (Coco Chanel).

Los dictados de la moda hay que seguirlos según uso y costumbres, ateniéndose cada cual a su personalidad. Junto al dictado, el dictamen; el juicio propio. La moda presupone respeto a los demás (modos y modales) y seguridad en el estar. "Vestirse bien es un acto de gratitud hacia uno mismo y de cortesía hacia los demás" (Gianfranco Ferré). La elegancia no tiene por qué estar reñida con el sentido práctico ni con la economía personal, aunque también está en crisis el buen gusto. Aprovechar las rebajas es una buena opción; también reciclar, recomponer, combinar. Sorprender con adornos y abalorios que renuevan lo que tenemos. Vestir bien pasa por conocernos a nosotros mismos y atenernos a las circunstancias que nos rodean, al ámbito en el que nos movemos por razones de familia, trabajo, actividades diversas, tiempo libre etc. Como afirma la redactora de moda de la revista ELLE, Rocío Martín: "La moda es un concepto universal que cada uno lo convierte en particular". Se trata de facilitar y mejorar la comunicación entre todos; al fin y al cabo formamos parte del mismo paisaje urbano.