Al margen de la ley o, mejor, en los márgenes de la ley?... Porque en los espacios que quedan ´en blanco´ alrededor de la Ley del Aborto hay que anotar con firmeza: ¿Dónde se contempla la defensa del nasciturus teniendo en cuenta que la ley tiene que estar en consonancia con la justicia y el bien de los gobernados? ¿Es justo que el ser más débil sea eliminado arbitrariamente? ¿El derecho a la vida es un derecho light? ¿Acaso es un bien que el Estado vulnere el derecho primigenio de los padres a la educación —incluye la educación sexual— de sus hijos? ¿Cómo es posible que sin tener la mayoría de edad se considere a las adolescentes con ´madurez´ para abortar?... Si está demostrado científicamente que hay vida —vida humana— desde el primer instante de la fecundación ¿por qué se ignora esta realidad a la hora de legislar?

¿No es la vida el mayor bien que poseemos? ¿Cómo se llama acabar impunemente con innumerables vidas humanas?

Recientemente, hemos tenido noticia de una persona que en su día dijo a los suyos que llegado el caso le desconectaran de las máquinas pertinentes. El caso ha llegado y se encuentra como enterrado vivo. Entre otras cosas, no puede moverse ni hablar, pero con la mirada se ha aferrado a la vida. ¿Por qué hemos de despreciar vidas aparentemente peores porque no se ajustan a unos parámetros de normalidad? ¿La maternidad a la carta no es un contundente fuera de juego?

Ante la relevancia moral y jurídica de la defensa de la vida humana, es extraño y desconcertante que el Tribunal Constitucional (TC) haya rechazado la suspensión cautelar de la ley del aborto. ¿Dónde queda el derecho a la vida proclamado por nuestra Constitución e interpretado por la propia jurisprudencia del TC? ¿Acaso no es el fundamento previo a cualquier otro derecho? ¿Qué importancia se está dando a la vida humana como bien jurídico protegido?

That is the question: Ser o no ser, esta es la cuestión ante la que no pocos defendemos que el derecho de ser, de vivir, sea un derecho incuestionable. Los márgenes de la Ley del Aborto están teñidos y desteñidos de rojo por la sangre de los no nacidos y por las lágrimas de tantas madres arrepentidas. «Yo tuve una dulce madre/ concediéramela el cielo/ más tierna que la ternura/ más ángel que mi ángel bueno». (Rosalía de Castro)

Ser o no ser… «Cuando del mundo no percibamos ni un rumor ¡qué sueños vendrán en ese sueño de la muerte!». (Hamlet, Shakespeare). La protección de la vida humana no debería estar al arbitrio de la ley.