Se cascó su primera manuela en 1968. Fue en el estreno de El turismo es una gran invento. La mítica escena del gran Paco Martínez Soria rodeado de suecas en el hotel marbellí todavía le sigue poniendo palote.

La primera vez que vio El Chou de Benny Hill supo que lo suyo era el mundo del espectáculo, el 'chou bisnes', que se dice. Supo estar en el sitio adecuado en el momento oportuno y hoy ejerce un liderazgo sin complejos como jefe de programación de una televisión autonómica.

Es un experto caza tendencias, un apasionado de la cultura cuya devoción por el arte postmoderno le ha llevado a embarcarse en ambiciosos proyectos profesionales. Entre sus referentes culturales se encuentran Jaimito Borromeo, el Señor Barragán y los siempre irreverentes Académica Palanca.

-Ahora mismo estoy negociando el fichaje de Mari Carmen y Sus Muñecos. Me pide 24.000 euros por actuación, pero ¿quién puede ponerle precio a la cultura? Además, en esta Región hay quien se gasta capazos de billetes en montañas de mierda, bocatas de Nocilla y charlatanes casposos con acento del Este. ¡Y a eso lo llaman cultura!

Su objetivo es situar a la Región a la vanguardia de la innovación y el desarrollo televisivo y está dispuesto a invertir todos los fondos públicos que hagan falta para conseguirlo.

La filosofía de su parrilla es ser el más fiel reflejo de la sociedad, mostrar las señas de identidad autonómicas a través de programas de variedades conducidos por maduritas jaquetonas de la talla de Irma Soriano.

-En un primer momento, lo que más me atrajo de ella fue su don de palabra, pero después, tras estudiar minuciosamente la puesta en escena del programa y empaparme de su saber hacer, comprendí que su mejor talento era su escote. ¡Menudo par de flanes!

Su lucha contra la telebasura lo ha llevado a recuperar la esencia de la España de los 70, esa España decente de mesa-camilla y verbena sempiterna que, sin lugar a dudas, supuso la época de mayor esplendor de nuestro país.

-Yo tengo la misión de educar en valores a las familias. Sé que algunos espectadores prefieren ver películas de estreno, series americanas de presupuesto multimillonario y programas de actualidad de calidad, y eso está bien, pero para las tres de la madrugada. El 'pan y circo' no tiene cabida en nuestro 'prime time'.

Es un revolucionario de la parrilla. El diseño de su programación es un revulsivo para el resto de autonómicas del país, aunque todavía hay quien se pregunta si no se trata más bien de 'un repulsivo'.

-¡Lo tengo! Tengo un nuevo formato revolucionario que hará saltar los audímetros por los aires. Se trata de un programa cultural basado en el humor inteligente y los modelos ejemplarizantes para la juventud, salpicado de mozuelas de carnes prietas embutidas en trajes de lentejuelas y tuteladas bien de cerca por galanes incombustibles llegados desde la capital. Ellos se ganarán el sueldo imitando el acento de la tierra y así arrancarán las carcajadas agradecidas del graderío pescuecil. ¡Ya lo estoy viendo! ¡Un éxito sin precedentes!

Como hombre de negocios, no descuida el aspecto empresarial de su trabajo y revisa cada mañana los datos de las audiencias del día anterior.

-Hemos perdido espectadores en Alburrete, joder. ¡Rápido! ¡Quiero más tetas! ¡Más tetas a la parrilla!

Lo último que sé de él es que José Luis Moreno le había ofrecido un cheque en blanco para dirigir su próximo proyecto televisivo. Aceptó a regañadientes y porque se trataba de una oportunidad única para trabajar mano a mano junto a la diosa de los liberales, la neumática Norma Duval.

Desde su reciente marcha, la televisión autonómica no parece la misma. Un ligero aperturismo se está asentando discretamente en la parrilla con programas de reportajes en profundidad, películas de estreno y nuevos espacios culturales de producción propia. Eso sí, un firme reducto de la filosofía televisiva de nuestro jefe de programación permanece inalterable, vuelta y vuelta, en la parrilla. Al fin y al cabo, tenemos la tele que nos merecemos. O eso dicen...