En el mundo occidental, no sé muy bien por qué, nos encantan los aniversarios: desde el centenario del nacimiento de un escritor hasta el bicentenario de su muerte, pasando por los pequeños cumpleaños individuales, el recordatorio del mayo francés o -ahora- el octavo cumpleaños de la destrucción de Las Gemelas. En África, que yo recuerde de mi estancia en Senegal, país musulmán, no se celebraba nada similar, ni siquiera los pequeños cumpleaños individuales: Bodián, mi jardinero en la época, había nacido el día cero del mes cero del año mil novecientos cincuenta y cuatro, según la copia de su cédula de identidad que guardo como un preciado tesoro, prueba de la existencia de otros mundos, tan diferentes al nuestro... Tan diferentes al nuestro que sus habitantes llegaron a ser capaces de estrellar aviones contra gigantescos edificios, y en el fondo creo que nunca les comprenderemos, nunca entenderemos del todo, nosotros los ricos, blancos y relajados occidentales, como nadie puede poner un avión a mil kilómetros por hora -el segundo avión-, el vuelo número 11 de American Airlines (si recuerdo bien y no confundo uno con otro).

Pero quizá algo ayude a entender lo incomprensible el libro recién publicado en España, firmado por Martin Amis, y titulado precisamente: 'El segundo avión', un conjunto de artículos interesantísimos publicados en The Guardian, Times y otros medios; y sin embargo los artículos, siendo pequeñas obras de arte no son lo mejor del libro, porque no es con ellos que Amis logra nuestra comprensión, sino gracias a dos relatos incrustados -como los aviones en las Gemelas- en el bloque de los mismos. De los dos relatos hay uno genial: 'Los últimos días de Mohamed Atta'. (Atta era el piloto del segundo avión). Amis logra meterse en su cabeza, gracias a la magia de la ficción, el género que domina como nadie, y hacernos comprender, o al menos que nos parezca que comprendemos.

Los brutales atentados del 11 de setiembre ya comienzan a parecernos pasado, apenas en ocho años, y como indudable representante de las razas occidentales que soy me parece magnífico que las editoriales y los medios de comunicación celebren, o más bien recuerden, el aniversario del mayor espectáculo que jamás ha ofrecido la televisión en su historia, que quienes ahora cumplen dieciséis o diecisiete años sepan que cuando utilizan un aeropuerto un guardia les toca los huevos (literalmente en ocasiones) porque hace sólo ocho años a alguien se le ocurrió que un avión es también un misil (a todos se nos olvida que un coche es una máquina de matar).

El libro de Martin Amis resulta altamente recomendable. Y me reafirma en la teoría de que la ficción siempre puede llegar más lejos que el ensayo, que en un relato podemos llegar a comunicarnos -por medio de la empatía- a un nivel más profundo que el de los meros datos que necesitan ser decodificados por la inteligencia.

Acaban de aparecer también dos libros firmados por Isabel Fonseca. Una crónica: 'Enterradme de pie', y una novela: 'Vínculo'. La sabiduría de su marido -sí, Martin Amis- planea "como un avión" sobre ambos.