Álvaro García Meseguer murió el 27 de junio de 2009. Nació en Murcia y vivió en la plaza de la Cruz, donde se echó por novia a la mujer de su vida (Pilar de Yzaguirre). Estudió entre nosotros y recordaba con los dos apellidos a sus amigos de juventud. Nunca olvidó su tierra (los pasteles de carne tenían que ser de una pastelería determinada), ni su tierra lo olvidó nunca, pues hace un par de años fue invitado a una serie de conferencias sobre murcianos en la diáspora organizada por el Ayuntamiento de la ciudad.

Todos los días mueren murcianos por lo que hay justificar que pida atención para éste en concreto. Álvaro hizo la carrera de Ingeniero de Caminos y ha sido un referente científico del hormigón armado durante cuarenta años en toda Europa. Discípulo de Eduardo Torroja, investigador y profesor de miles de técnicos en sus múltiples facetas de docente ameno hasta la seducción de su audiencia.

Políticamente fue hermosamente cándido (apostó en su momento por el Foro de Punset). Feminista activo cuando era complicado, lingüista outsider con publicaciones citadas en el mundo especializado del lenguaje. Políglota, traductor de obras de teatro al castellano (la última, la Celestina de Robert Lepage con Nuria Espert, que, por cierto, nos perdimos los murcianos por un quítame allá esa viga en el Romea). Poseía una gran cultura que disimulaba por el método socrático.

Era un gran preguntón. Preguntas cargadas de intención con las que te obligaba a una gran cautela en la respuesta pues ya llevaba un recorrido previo lleno de sutileza. Le encantaban las encuestas entre amigos y "rechutaba" a su lista de correo todo lo que le llamaba la atención entre lo que le remitían sus numerosos "corresponsales" del mundo, pidiendo opinión. Desde que se quitó la barba adquirió un aire patricio con el que ha redondeado su vida llena de nobleza.

Trabajador sin mérito, pues disfrutaba haciéndolo, ha llenado la bibliografía nacional de textos, algunos de los cuales ocupan las estanterías de la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, además de las nacionales. Meticuloso hasta el extremo de despedirse ante su Gran Viaje con un email electrizante que recibimos el lunes 29. Fumador sin complejos disfrutaba del humo como no he visto a nadie hacerlo. Y en humo se convirtió el sábado. Ahora vaga en nosotros, sus amigos, que los mantendremos vivo mientras dure nuestra memoria.