En la actualidad, es habitual escuchar o leer el uso de Juegos Olímpicos y Olimpiada indistintamente. Solemos escuchar declaraciones de deportistas que «viajan a las Olimpiadas» o mencionar que su objetivo es «lograr una medalla en las Olimpiadas de Río»; conversaciones que dicen «veremos las Olimpiadas por televisión» o titulares en las crónicas periodísticas como Comienzan las Olimpiadas de Río. Según la Real Academia de la Lengua Española se trata de expresiones correctas, pues las equipara a la competición deportiva mundial que se celebra cada cuatro años en un lugar previamente determinado. Sin embargo, a este uso se opuso el fundador de los Juegos Olímpicos modernos, el francés Coubertin, que recuperó el concepto de Olimpiada de los festivales deportivos y artísticos que se realizaban en el santuario de Olimpia, en honor al dios de la mitología griega Zeus.

En la antigua Grecia, los Juegos Olímpicos, como suceden en la actualidad, eran un fenómeno deportivo y social que aportaban un nexo de unión a las diferentes ciudades-estados griegas, en las que se fragmentaba la península del Peloponeso. Los griegos aprovecharon para denominar Olimpiada al intervalo del calendario que dura cuatro años, periodicidad que dieron a los Juegos de Olimpia y que Coubertin adoptó desde la primera edición moderna. Es por ello que el Comité Internacional Olímpico (CIO) define, en la Carta Olímpica, al término Olimpiada al período de cuatro años civiles consecutivos, iniciados a partir de los Juegos de Atenas 1896. La no celebración de los Juegos no impide contabilizar el número de olimpiadas modernas, es decir, se enumera la VI Olimpiada, que debía celebrar los Juegos de 1916 en Berlín y que fueron suspendidos por la Gran Guerra. Además, fueron anulados los Juegos de la XII y XIII Olimpiada que correspondían a las ediciones de 1940 y 1944 respectivamente, debido a la Segunda Guerra Mundial.

Con la celebración de Río de Janeiro habrán sido veintiocho juegos olímpicos disputados, pero habrán transcurridos treinta y una olimpiadas modernas, razón más que de peso para comprender que Olimpiadas no es lo mismo que Juegos Olímpicos.