Mireia Belmonte volverá a encarnar las máximas esperanzas de medalla de la natación española en unos Juegos Olímpicos de Río, en los que la catalana tratará de subir un escalón en el podio y cambiar las dos platas que logró hace cuatro años en Londres por el ansiado oro.

Para ello, Belmonte volverá a apostar por un exigente programa que le llevará a competir en un total de seis pruebas, cinco de ellas individuales -400 y 800 libre, 200 y 400 estilos y 200 mariposa-, además del relevo 4x200.

Una auténtica prueba de fuerza que llevará a la española, si logra alcanzar la final en todas sus pruebas individuales, a convertirse en la nadadora que más metros recorrerá, casi 5 kilómetros, en la pileta del estadio acuático de Río de Janeiro.

Titánico reto para el que Mireia Belmonte se ha sometido a cuatro años de duro entrenamiento. Un largo trayecto plagado de retos, de sacrificios, de una búsqueda constante de los límites del cuerpo y de la mente, que han convertido a la española en una voraz competidora.

Una fortaleza mental de la que Belmonte tendrá que tirar para pelear por lo más alto del podio con dos de las nadadoras más dominantes de los últimos tiempos, la estadounidense Katie Ledecky, con la que competirá en los 400 y 800 metros, y la húngara Katinka Hosszu, su rival en los 200 y 400 estilos.

Mucho más claras parecen las opciones al oro de la nadadora española en los 200 mariposa, prueba en la que Belmonte ya se colgó la plata en los Juegos Olímpicos de Londres y en la que la catalana cuenta con la mejor marca -2:04.78- de los últimos cuatro años de todas las participantes en Río.

Mireia Belmonte, que este curso cuenta con un mejor registro de 2:06.34, cuarta mejor marca mundial del año, tendrá como principales rivales en el doble hectómetro mariposa a la japonesa Natsumi Hoshi, la vigente campeona mundial, y la jovencísima china Yufei Zhang, bronce el pasado año en los Mundiales de Kazán.

Una nómina de aspirantes entre las que no se puede olvidar a la australiana Madeline Groves, que lidera el 'ranking' del año con un tiempo de 2:05.47, la estadounidense Cammile Adams, plata en el último mundial, o la alemana Franziska Hentke, oro en los Europeos disputados el pasado mes de mayo en Londres.

Mucho más difícil parece la presencia en el podio del resto de integrantes del equipo español, formado por 10 mujeres y 13 hombres, que llegan a Río con el objetivo principal de disputar la final en sus respectivas pruebas.

No obstante, Jessica Vall, que ya sabe lo que es subir al podio en grandes competiciones internacionales, tras colgarse el bronce el pasado año en el Mundial de Kazán y la plata en los Europeos de Londres 2016, podría ser la 'gran tapada' en la final de los 200 braza.

Amparada en su fortísimo final y en su inteligencia táctica, Vall podría protagonizar la sorpresa en la final del doble hectómetro braza y pelear por un puesto en el podio, en una prueba en la que la japonesa Rie Kaneto parte como la gran favorita al oro.

Medallas que parecen todavía lejanas para el jovencísimo Hugo González, de tan sólo 17 años, que encabeza la nueva generación de nadadores españoles que tendrán su bautismo olímpico en la pileta del estadio acuático de Río.

González, vigente campeón mundial y europeo de los 200 espalda en la categoría júnior, disputará en la ciudad brasileña las dos distancias de la modalidad de espalda con el complicado objetivo de 'colarse' en la final.

El mismo reto con el que llegan a los Juegos las más experimentadas Melani Costa, Judit Ignacio o Duane Da Rocha, así como las prometedoras María Vilas y África Zamorano, que disputarán en Río sus primeros Juegos Olímpicos.