Hace apenas unos días que pasé a saludarla por los Huertos del Malecón, como tengo por costumbre desde hace años, huertos que ella fundó años atrás junto con Luis Federico Viudes, para dar prestancia a la Feria de Septiembre. La encontré sentada con unos amigos y advertí cansancio en su rostro. Me pareció raro verla sentada porque yo recuerdo a Milagros Carrasco siempre de pie, atenta a todo lo que ocurría a su alrededor, dispuesta a participar y ofrecer su ayuda si era precisa, al instante. Le prometí volver otra noche para hablar un rato de los proyectos que estaba preparando para celebrar el cincuenta aniversario de su amado grupo, el Virgen de la Vega, pero no pude cumplir con mi promesa. Y ahora, cuando acabo de enterarme de su partida, lo lamento.

Milagros Carrasco, la mayor defensora del folclore murciano, mujer valerosa y discreta, se ha marchado con la decadencia otoñal, silenciosa, de puntillas para no molestar, ni restar protagonismo a nadie. Pero lo ha hecho dando un último abrazo a su querida Murcia y a sus festejos septembrinos, como lo ha venido haciendo durante años. Y como no podía ser de otra manera, el día de la Romería no faltó a su cita anual y se despidió de la Patrona, La Morenica, su Virgen de la Fuensanta, a la puerta de la academia de danza en Torre de Romo, de pie, erguida, donde siempre tenía preparada la primera mesa para el descanso de la peregrinación.

De su currículo cabe destacar los cincuenta años que ha permanecido como directora del grupo de coros y danzas Virgen de la Vega, los catorce años como directora del Festival Internacional de Folclore en el Mediterráneo, su dedicación a los más pequeños en la Escuela Municipal de Folclore de nuestra ciudad, de la que fue directora, presidenta de FEAF (Asociación Española de Asociaciones de Folklore) desde el año 1989 hasta el 2005, ostentando la insignia de oro de la misma y además, presidenta de la Federación Murciana de Folclore.

Con la ausencia de Milagros Carrasco que nos ha dejado a la edad de 77 años, después de haber dedicado toda su vida a rescatar, conservar y enseñar la música y los bailes populares murcianos al mismo tiempo, que potenciaba la artesanía, se cierra un capítulo importante de nuestro folclore. Su ausencia, sin duda, dejará huella en esta su tierra natal de la que Milagros Carrasco alardeaba orgullosa cuando salía a representarla en otros países, llevando de la mano a su segunda familia. Mi más sentido pésame.

Hasta siempre amiga.