Caos y desesperación. La explosión de un almacén pirotécnico mantiene en vilo a las localidades de Guillarei y Paramos desde las 16.25 horas. Casas destrozadas, tejados que han volado y humo. El estruendo les sorprendió a todos cuando sus casas se les vinieron encima. Todavía les duelen los oídos.

Bajo las sirenas de las ambulancias y el estruendo de los helicópteros que colaboran en controlar las llamas, resalta la solidaridad. Entre gases y humo los vecinos hacen cadenas para indicar el camino entre corredoiras hasta el lugar del suceso. Sacan mangueras de casa una vez que los heridos han sido atendidos. Casi ni se atreven a preguntar si hay fallecidos.

Fueron muchos los vecinos que ante el estruendo salieron de sus casas para rescatar y auxiliar a los vecinos que se encontraban atrapados. "La ayuda de los vecinos fue fundamental", apunta Sonia Alén, todavía nerviosa y con las manos temblorosas y negras del humo.