Subir en bicicleta las empinadas cuestas hacia Barx desde Gandía o desde Simat de la Valldigna es un ejercicio duro que cientos de deportistas realizan cada fin de semana. Y bajar, obviamente, se convierte en una distracción no exenta de adrenalina para aquellos que disfrutan con la velocidad. Pero atención porque también los ciclistas están obligados a cumplir las normas de circulación, y la Guardia Civil de Tráfico ha empezado a tomar medidas para ello.

Una prueba evidente es lo ocurrido el pasado sábado en la prolongada y vertiginosa rampa de descenso que va desde la Drova hasta el primer puente en dirección a Gandía, un tramo de carretera que permite a los ciclistas más atrevidos alcanzar hasta los 80 kilómetros por hora a pesar de que la velocidad está limitada a 60 para todo tipo de vehículos, incluyendo los de las dos ruedas.

Un ciclista ha revelado que ese 14 de abril, justo al mediodía, fue multado por la Guardia Civil tras ser detectado por un radar circulando a 77 kilómetros por hora. El punto en el que los agentes montaron el dispositivo de control de velocidad es exactamente el kilómetro 8,500, justo a mitad de la citada rampa que cuesta mucho ascender y que da vértigo cuando se baja.

Al ser fotografiado por el radar móvil, una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico paró al ciclista, al que se le impuso una multa de 100 euros, sin retirada de puntos del carné de conducir, que podrá quedarse en 50 euros si la paga antes del próximo 4 de mayo, igual que ocurre cuando se circula en coche.

Según ha podido saber este periódico, fueron tres los ciclistas que fueron captados a una velocidad excesiva en ese punto, todos ellos cazados por el radar y multados por ese motivo.