El candidato de JuntsxCat y presidente de la Generalitat cesado, Carles Puigdemont, ha planteado que los catalanes "deberían decidir si quieren pertenecer a esta UE" y en qué condiciones, aunque defiende la Unión y el euro.

En una entrevista del canal público israelí Canal 1Kan y recogida por La Vanguardia este domingo, asegura que va a "trabajar para cambiarla", y la define textualmente como "club de países decadentes y obsolescentes".

Para él, actualmente en la UE "mandan unos pocos, además muy ligados a intereses económicos cada vez más discutibles" y donde él constata que hay varias varas de medir.

"No podemos dar por hecho que, porque a los grandes intereses les convenga (...) que pertenezcamos a la UE, la población esto lo va a aceptar sin ningún tipo de crítica", advierte.

Al preguntársele entonces si descarta que Cataluña salga de la UE, responde: "Los que no lo descartan son los españoles y los europeos, porque no paran de decir que vamos a quedar fuera de la UE, pero quien debe tomar esa decisión son los ciudadanos de Cataluña".

También cree que esta decisión deberían tomarla libremente los otros ciudadanos de Europa: "¿Quieren ustedes pertenecer o no a esta UE? ¿Y en qué condiciones? Vamos a ver qué dice el pueblo de Cataluña".

Considera que "a lo mejor no hay mucha gente que quiera formar parte" de esta UE, y cita a los presidentes de la CE y del Parlamento Europeo, Jean-Claude Juncker y Antonio Tajani.

Para él, esta UE es "insensible al atropello de los derechos humanos, de los derechos democráticos de una parte del territorio sólo porque una derecha postfranquista tenga interés en que sea así".

Y se ha preguntado: "Quién me garantiza a mí un trato justo en un contexto en el que hay vídeos de dirigentes políticos reclamando mi encarcelamiento y participando en manifestaciones con grupos neonazis que piden mi fusilamiento".

"Nos consta la voluntad del Estado de usar la violencia para evitar la independencia", y también le consta que hubo planes para ocupar con la fuerza policial las instituciones catalanas.

"Temí que el Estado español no pusiera límites al uso de la violencia para frenar la democracia", afirma.

Alternativas

Además, explica que declarar la independencia llegó a ser la única opción, aunque considera "claro que no es la única solución", pero sostiene que España tiene el deber de plantear su solución y dialogar.

Puigdemont explica que tras la sentencia del Estatut se optó por el itinerario del Estado propio, pero "a lo mejor puede ser un Estado que tenga una relación confederal, federal, asociada con España o independiente", pero la respuesta siempre ha sido 'no'.

Afirma que el calendario que se planteó siempre fue muy largo, incluidos los apoyos: "No esperábamos ningún reconocimiento internacional en horas, días, semanas o meses inmediatos" a la declaración de independencia, y cree que la actual falta de apoyos no prejuzga nada.

En cuanto a la fuga de empresas, defiende "desdramatizar lo que es el diseño de una estrategia política de miedo económico", y avisa de que las consecuencias económicas pueden afectar a toda España y Europa.

Puigdemont también se refiere a su situación judicial planteando lo que define como paradoja: "Si gano las elecciones y soy investido presidente, lo que me habría llevado a ganar las elecciones es lo que me puede llevar a prisión".