Anda un sector de la militancia socialista alborotado y hasta escandalizado, por el inicio de una campaña virtual, en coincidencia con el Pleno extraordinario en el Congreso sobre la trama Gürtel celebrado ayer, en la que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, pide donaciones a los afiliados, con el objetivo de ''desalojar a Rajoy de la Moncloa''.

Ferraz, a través de la cuenta psoe.es, remitió ayer a mediodía los correos pidiendo donaciones para "seguir creciendo y haciendo oposición". El correo, que finaliza con la firma del "PSOE. #somoslaizquierda" lleva aparejada la información legal de que «este mensaje y sus archivos adjuntos se envían desde el sistema de correo de CEF-PSOE».

Nada nuevo bajo el sol, ni en estrategia ni en terminología. La campaña es un calco de lo que hace años, y especialmente desde la llegada al poder de Donald Trump, hace el Partido Demócrata estadounidense, liderado por Tom Pérez. A diario los afiliados, simpatizantes, y en general, los suscriptores de las noticias del Partido, reciben mails en los que el Comité anima a donar para echar a Trump, para ganar escaños, para combatir el racismo...para todo. En definitiva, para contar con más recursos que los adversarios, algo que allí es fundamental a la hora de ganar elecciones y articular campañas.

Y es que en Estados Unidos ese tipo de peticiones son algo corriente y habitual. Los partidos no reciben fondos públicos y la mayor parte de los ciudadanos donan a la organización con la que simpatizan, porque eso les reporta cuantiosas desgravaciones fiscales a final de año.

Los donativos a veces son tan generosos que se premian con embajadas, caso del anterior representante de los USA en España, James Costos, y del propuesto por Trump, el empresario de Wall Street Richard Duke Buchan III, un inversor millonario loco por la cultura española.

En España, la Ley de Financiación de Partidos contempla un sistema mixto, con abundantes subvenciones públicas a las formaciones, precisamente para evitar la presión que podrían ejercer intereses particulares. La norma dice textualmente que "La libertad de los partidos políticos en el ejercicio de sus atribuciones quedaría perjudicada si se permitiese como fórmula de financiación un modelo de liberalización total ya que, de ser así, siempre resultaría cuestionable la influencia que en una determinada decisión política hubiesen podido ejercer de las aportaciones procedentes de una determinada fuente de financiación y romper la función de los partidos políticos como instituciones que vehiculan la formación de la voluntad popular".

La campaña del PSOE ha sorprendido a los militantes, poco acostumbrados a estas prácticas, que en las redes sociales se han apresurado a criticar que su secretario general gana más que Rajoy. De paso, la campaña también reabre un interesante debate en la sociedad española en unos momentos en los que la buena administración del dinero público se ha puesto en tela de juicio, en el más amplio significado de la palabra: ¿Cómo deben financiarse los partidos?

De momento, habrá que esperar para conocer los resultados de la nueva táctica socialista. Seguro que con una tercera parte de lo que recaudan los correligionarios del otro lado del charco Sánchez sería capaz de volver a poner la bandera española en algún mitin, ya puestos a emular...