El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha presentado hoy su reforma del Ministerio Fiscal, cuya medida más ambiciosa pretende que el Congreso tenga la última palabra en la elección y cese del fiscal general para, de esta forma, "pasar a tener un fiscal general del Estado y no del gobierno de turno".

Rivera ha detallado en una rueda de prensa junto al portavoz de Justicia de la formación naranja, Ignacio Prendes, la proposición de ley de reforma del Estatuto Fiscal, prevista en el pacto de investidura firmado con el PP, que pretende evitar la injerencia de la política en la justicia.

Como medida más ambiciosa, Ciudadanos pretende que sea el Congreso el que tenga la última palabra en el nombramiento y también en el cese de este cargo.

Así, tras recibir la propuesta del Gobierno y una vez oído al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y al Consejo Fiscal, la Cámara baja ratificaría el nombramiento del fiscal general del Estado con una mayoría parlamentaria de dos tercios, previa comparecencia del candidato ante la Comisión de Justicia.

Pese a que con la medida de Ciudadanos el Gobierno seguiría haciendo la propuesta para designar al fiscal general, Rivera ha argumentado que la diferencia de su propuesta reside en que es el Congreso el que ratificaría el nombramiento. Además, ha justificado que el Ejecutivo siga proponiendo al Fiscal General porque está recogido en la Constitución.

Para el cese, se necesitaría que una quinta parte de la cámara propusiera la medida, y la decisión final requeriría del apoyo de dos tercios del arco parlamentario.

"La idea es tener un fiscal general del Estado y no del gobierno de turno, que pueda luchar contra la corrupción con libertad, sin cortapisas, con amplio consenso y un mandato de seis años" ha señalado Rivera. "Con esta ley no habrá caso Moix ni caso Catalá", de quien ha dicho que no es la persona adecuada para liderar esta reforma.