Agentes de la Policía Nacional han detenido a cinco personas en Palma que presuntamente han estafado más de 600.000 euros con la venta de un falso medicamento, llamado Minerval, al que atribuían propiedades para curar el cáncer.

Dos de los detenidos son profesores de la UIB, dos son investigadores y la quinta era la responsable de la gestión económica del proyecto.

Hasta el momento hay más de una decena de denuncias de víctimas que compraron esta sustancia, abonando alguno de ellos cantidades que superaban los 25.000 euros. Los arrestados se valían de su condición de profesores universitarios en Palma para otorgar mayor credibilidad a su producto y utilizaban las instalaciones universitarias para avanzar en sus investigaciones y elaborar la sustancia. A los cinco detenidos se les imputa un delito continuado de estafa agravado.

Los detenidos se aprovechaban de la situación de los enfermos y sus familiares y les ofrecían la supuesta cura a la enfermedad, abonando por dicha sustancia elevados importes a través de una fundación sin ánimo de lucro que habían creado. Esta fundación enmascaraba la venta del producto como una donación voluntaria de los familiares para la investigación, camuflando así lo que realmente era: la compra de una sustancia sin efectos curativos.

Los agentes han recogido más de una decena de testimonios y denuncias de afectados, quienes han manifestado que creían que estaban comprando un medicamento que tenía efectos curativos. Uno de los estafados llegó a abonar 25.600 euros para la cura de su hija.

Dicha sustancia está registrada por una empresa spin-off de la UIB y carecía de autorización para su venta al público, tal y como ha acreditado la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, no habiendo superado las fases necesarias para ser considerado medicamento.

La investigación de este producto, el envasado y su remisión para la venta a diferentes lugares de España se realizaba en dependencias universitarias, acudiendo los compradores a dichas instalaciones para recabar información y para la obtención del elaborado.

Aprovechando el reconocimiento académico y profesional que sus puestos les otorgaba, estos profesores universitarios llevaron a cabo campañas publicitarias en las que ensalzaban su milagroso producto anticancerígeno. Además, realizaron distintas acciones en redes sociales, con hashtag que lograron viralizar, con la finalidad de recaudar fondos para la investigación y publicitar su venta. Estas iniciativas motivaron que la Direcció General de Gestió Econòmica i Farmàcia de la Conselleria de Salut, Familia i Benestar Social del Govern de les Illes Balears requiriese a los anunciantes la retirada urgente de dicha publicidad, realizándose la rectificación solicitada.

Los investigadores han detectado también que los arrestados estaban intentando comercializar igualmente un falso medicamento contra el Alzheimer.

El lucro económico obtenido, cuantificado hasta este momento, es de más de 611.000 euros, no descartándose la aparición de más víctimas. La investigación está dirigida por el Juzgado de Instrucción número Nueve de Palma de Mallorca y por la Fiscalía de les Illes Balears.

Denuncia previa

La Universidad de las Islas Baleares (UIB) trasladó hace un año a la Fiscalía una denuncia que ratificaba los "rumores" que la dirección de la institución educativa conocía desde 2011, según los cuales dos catedráticos vendían, a través de la empresa Lipopharma, un fármaco que prometía curar el cáncer.

El vicerrector de Investigación y Postgrado, Jaume Carot, ha explicado que la universidad supo hace cinco años que había rumores, según los cuales varios enfermos de cáncer acudían a las instalaciones donde se había sintetizado el principio activo del Minerval y pagaban por la medicina.

Los responsables de la UIB intentaron confirmar estos "rumores" sin éxito hasta que en julio de 2015 la dirección del servicio de Oncología del hospital Son Espases les transmitió la misma información y les citó a una reunión en la que un afectado iba a darles un testimonio directo. Esa víctima se retractó, por lo que el consejo de dirección universitario siguió sin actuar.

Sí lo hizo cuando, en abril de 2016, la presidenta del Consejo Social universitario, Francesca Mas, recibió una carta firmada por dos directores de centros de investigación que recogía, a su vez, la misma denuncia de comercialización fraudulenta por parte de la directora de Oncología del hospital de referencia.

"No se obtuvo ninguna evidencia, ni se consiguió que nadie hiciera alguna declaración" hasta ese momento, ha incidido Cabot, que ha indicado también que aún no se ha adoptado ninguna medida disciplinaria respecto a los dos catedráticos acusados de estafa: Pablo Escribá y Xavier Busquets.