La desigualdad entre hombres y mujeres se manifiesta a diario en múltiples ámbitos. Sin embargo, es en el campo laboral donde estas desigualdades de género se muestran de una forma más evidente. Aunque es cierto que en las últimas décadas se han logrado avances importantes, especialmente en lo referente a la incorporación de las mujeres al mercado laboral, aún es mucho el trabajo que queda pendiente para eliminar esta brecha social.

Coincidiendo con la conmemoración, este miércoles, del Día Internacional de la Mujer, repasamos los doce datos más impactantes sobre las desigualdades entre mujeres y hombres que todavía persisten en el ámbito laboral.

Población activa

Pese a que en las últimas décadas millones de mujeres de todo el mundo han conseguido encontrar un trabajo remunerado, lo cierto es que el número de mujeres activas es todavía muy inferior al de hombres. La desigualdad en el entorno laboral se hace evidente en la brecha salarial y en el tipo de trabajo y condiciones que desempeñan muchas mujeres.

Desempleo

En el mercado laboral mundial, las probabilidades de desempleo se multiplican en el caso de las mujeres. Aunque esta situación también se da en los países en desarrollo, es especialmente grave en regiones como África del Norte y los estados árabes, especialmente entre los más jóvenes.

Segregación ocupacional

Además de estar ocupadas en un porcentaje muy inferior a los hombres, las mujeres que trabajan cuentan con el hándicap de ocupar empleos menos remunerados, me menor cualificación y mayor inseguridad laboral. Por otra parte, las que ocupan un puesto directivo representan un porcentaje mínimo respecto a sus homólogos del género masculino.

Brecha salarial

Las diferencias salariales entre hombres y mujeres representan una de las grandes desigualdades de género en el mercado laboral. A nivel mundial, por cada dólar que gana un hombre, una mujer que realice el mismo o parecido trabajo solo percibe 77 céntimos. Se calcula que al ritmo actual, esta brecha solo se podrá eliminar en un plazo de 70 años.

Trabajo no remunerado

Desde limpiar y cocinar hasta recoger agua y leña o cuidar de niñas/os y personas mayores, las mujeres asumen una carga desproporcionada de trabajo no remunerado en todo el mundo. El trabajo no remunerado sustenta la economía y a menudo suple la falta de gasto público en servicios sociales e infraestructura.

Permiso de maternidad y paternidad

Las políticas de permisos de maternidad y paternidad que posibilitan el reparto de responsabilidades en el cuidado de bebés entre ambos progenitores son muy dispares en función de cada país, pero en cualquier caso las desigualdades de género son también evidentes. Tan sólo 63 países cumplen las normas mínimas establecidas por la Organización Internacional del Trabajo, según las cuales las madres deben disfrutar al menos de 14 semanas de permiso de maternidad retribuido.

Trabajo informal

Se denomina así la actividad laboral de quienes trabajan y perciben ingresos al margen del control tributario del Estado y de las disposiciones legales en materia laboral. A nivel mundial, las mujeres representan un 63% de este colectivo, fundamentalmente ocupado en venta ambulante, comercio de bienes y servicios de pequeña cuantía, agricultura de subsistencia, empleo en el hogar o cultivos de temporada.

Trabajadores migrantes

Las mujeres migrantes se concentran en sectores predominantemente feminizados de la economía informal, como el del cuidado y el sector de servicios. Uno de los grupos más vulnerables de trabajadoras/es migrantes son las/os empleadas/os del hogar; la inmensa mayoría son mujeres, que se ven sometidas a precarias condiciones laborales, largas jornadas de trabajo y un acceso limitado o nulo a la protección social.

Violencia contra las mujeres en el trabajo

La violencia contra las mujeres en el mundo laboral es una realidad que se da tanto en los países desarrollados como en el Tercer Mundo. En la Unión Europea, por ejemplo, un 55% de las mujeres asegura haber experimentado acoso sexual en al menos una ocasión desde que cumplieron 15 años. De ellas, un 32% lo sufrió en el trabajo.

Barreras legales

Las barreras legales se suman a las desigualdades de género, lo que se manifiesta en la asistencia de un menor número de niñas a la enseñanza secundaria en relación con los niños, menores cifras de mujeres ocupadas o dirigiendo negocios y una brecha salarial de género mayor. Solo 67 países en todo el mundo cuentan con leyes específicas contra la discriminación de género en las prácticas de contratación.

Protección social

Las desigualdades de género son enormes si se tiene en cuenta la protección social que reciben hombres y mujeres. Así, el porcentaje de personas que han superado la edad de jubilación y no reciben ninguna pensión es casi el doble en el caso de ellas. En torno al 65% de la población mundial que ha superado la edad de jubilación y no recibe ningún tipo de pensión ordinaria está compuesta por mujeres.

Brecha digital

Las desigualdades de género se hacen evidentes también en el mundo digital. Así, la brecha entre hombres y mujeres se da también en el acceso y la utilización de tecnologías digitales, pese a que estas ofrecen también oportunidades para el empoderamiento económico de las mujeres