El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, uno de los miembros destacados del equipo que Pablo Iglesias presenta a Vistalegre II, considera que plantearse la vuelta al Podemos original, como quiere Íñigo Errejón, es "muy naif, muy inocente y muy imposible".

A un día de la Asamblea Ciudadana estatal que decidirá el rumbo político y la nueva dirección de Podemos, Echenique, en una entrevista en la Agencia EFE, se muestra confiado en que la lista y el proyecto de Iglesias obtengan una "amplia mayoría" para poder ponerse a trabajar al día siguiente.

Pregunta: ¿Qué espera de Vistalegre II

Respuesta: Lo fundamental es lo que pase el día después. Confío en que la candidatura de 'Podemos para Todas' tenga la mayoría de los apoyos. Participo en ella porque me creo el proyecto, porque es la única que propone una reforma radical en la organización por la parte de abajo, de los círculos y a nivel municipal (...), y creo que el equipo que tiene demuestra con hechos la pluralidad y la transversalidad.

Confío en que nos va a ir bien y espero que todo el mundo nos pongamos a remar a favor del barco, no porque el barco sea un fin en si mismo, sino porque en estos momentos es la única esperanza que tiene la gente de nuestro país contra las políticas del PP.

P: ¿Qué ha pasado para que Podemos llegue a su congreso en este clima de división?

R: Lo primero que ha pasado es que somos una organización joven y, como tal, cometemos errores. Lo segundo, es que esos errores se ven amplificados por el hecho de que hemos tenido un éxito absolutamente insólito y de forma natural despertamos la curiosidad de los medios y de la gente, con lo cual esa juventud que hace que cometamos algunos errores y esa amplificación de nuestros errores hace que los debates internos siempre parezcan desde fuera una batalla campal.

Esa apariencia de división es desproporcionada comparada con lo que realmente hay. Es verdad que hay diferencias, pero no tantas. Es verdad que cometemos algunos errores de juventud y que esos errores son amplificados básicamente porque tenemos cinco millones de votos detrás y porque los privilegiados son conscientes de que el adversario a batir se llama Podemos.

P: ¿Por qué dice que Errejón miente cuando pide el voto para Pablo Iglesias como secretario general?

R: Esto es un hecho. Lo que planteaban los compañeros del equipo de Íñigo es imposible, votar a Pablo como secretario general y a otra candidatura para el Consejo Ciudadano significa que Pablo Iglesias no va a ser secretario general. Esto es lo que estaban diciendo los compañeros del equipo de Errejón y no es verdad. La argumentación de Pablo, que yo comparto, está basada en la coherencia política y es de sentido común que quien gane los documentos políticos tendrá que liderar Podemos.

Creo que es clave que la gente sepa qué efecto tiene su voto y me sentí obligado a decir: "Ojo, compañeros, este voto que está proponiendo la candidatura de Íñigo no tiene el efecto que dice de que Pablo siga siendo secretario general, tiene el efecto de que deje de serlo".

P: Pero Errejón insiste en ello.

R: Íñigo habla con Pablo tanto o más que yo y sabe perfectamente que esa es la voluntad de Pablo Iglesias, que lo dice en público y en privado. A mí personalmente me sorprende que siga diciendo el compañero en público algo que sabe perfectamente que no es verdad, me resulta como mínimo sorprendente.

P: Dice que es coherente que Iglesias se presente a secretario general y a la vez encabece la lista a la dirección.

R: Es coherente en dos sentidos. Pablo quiere seguir aportando en la organización si no resulta elegido secretario general y así aportaría desde el Consejo Ciudadano. Y el segundo elemento de coherencia tiene que ver con que en esta votación la pregunta crucial que define el futuro de Podemos es la pregunta por el Consejo Ciudadano.

Tal como se han planteado las cosas con la lista de 'Recuperar la Ilusión' y 'Podemos en Movimiento', sin presentar candidatos a la Secretaría General, no se muestra en esa elección la comparación entre proyectos. La comparación se va a ver en los documentos y, sobre todo, en el Consejo Ciudadano. En ese sentido, es normal que en esa parte de la votación, que es la más importante, encabece la lista Pablo Iglesias, como Íñigo encabeza la de 'Recuperar la Ilusión' y Miguel Urbán la de 'Podemos en Movimiento'.

P: ¿Eso no es fomentar un plebiscito?

R: Para nada, creo que es pura lógica, que nadie entiende este lío táctico que plantean los compañeros de 'Recuperar la Ilusión', que dicen "vota a un señor para que lidere el partido, pero vota también documentos con los que este señor no está de acuerdo, y no elijas a su equipo, ponle otro equipo, aunque él prefiera a su equipo". Creo que es tan alambicado y tiene tan poca lógica que cae por su propio peso.

P: ¿Le parece bien que Iglesias deje también su escaño si pierde?

R: Cualquier cambio de los que se están planteando podrían afectar a Pablo, a mí, a Íñigo.... Me sorprende la resistencia, porque los que hemos venido a Podemos estamos de paso, hemos firmado un compromiso de limitación de mandatos, somos gente normal que sabemos que vamos a volver a la 'vida civil' y que no queremos hacer de la política una carrera, lo hemos dicho desde el principio.

No entiendo por qué de repente parece que en Podemos dejar una responsabilidad y coger otra, o dejar un puesto y no coger ninguno, se ha convertido en algo que parece un poco trágico. Creo que eso es lo que pasa en los viejos partidos. En Podemos tenemos que tomar cualquier cambio con naturalidad, tanto si afecta a Pablo, a Íñigo, a mí, o a cualquier otra persona.

P: ¿Le consta que exista en el equipo de Iglesias una 'camarilla' que le tiene 'secuestrado', como dicen Luis Alegre y el filosofo Carlos Fernández Liria?

R: Pues no, basta ver la lista de 'Podemos para Todas' para comprender de un vistazo que el equipo que acompaña a Pablo tiene orígenes bien diferentes, en lo territorial y en lo social, y creo que ese tipo de caricaturizaciones, primero son mentira, y segundo, son injustas con los compañeros.

No entiendo por qué hay gente en Podemos que se empeña en descalificar a compañeros, si una cosa es evidente para una formación como la nuestra es que el adversario está fuera. La batalla que tenemos que pelear es la batalla contra la austeridad, la corrupción, la desigualdad económica y el autoritarismo del PP, no contra compañeros que comparten objetivo y proyecto.

P: ¿Cree que se han alejado del Podemos original?

R: Claro que se ha alejado de sus orígenes. En los orígenes de Podemos los que llevan la voz cantante eran un grupo de amigos de la Universidad Complutense, y ahora ya no es así, hay decenas de diputados autonómicos, ayuntamientos del cambio, muchísimos representantes en los territorios y en los parlamentos.

En los orígenes de Podemos se separaron los círculos de la parte orgánica y en esta nueva fase los tenemos que juntar. En la primera etapa la anterior Secretaría de Organización implementó una estructura enormemente vertical, madrileña, enormemente centralizada, y desde los últimos nueve meses hemos descentralizado un montón de competencias, hemos hecho más plurales los sistemas de votación, y adoptado medidas para dar más poder a las bases y a los territorios.

Además, nos hemos llevado un buen número de golpes, hemos aprendido a aguantarlos y hacernos más fuertes. Creo que plantearse una vuelta a los principios es muy naif, muy inocente y muy imposible.

P: ¿Y ha habido un viraje ideológico?

R: Yo creo que no, nuestro programa para las elecciones europeas y el actual son muy parecidos, con algunas diferencias menores. Lo que sí creo es que hemos aprendido a comunicar un poco mejor, a hacer trabajo parlamentario, y que ahora tenemos mucha experiencia institucional y a lo mejor eso se nos nota.

Hemos madurado y adquirido a nuestro pesar formas demasiado institucionales, pero defendemos lo mismo que defendíamos al principio, que es básicamente que la riqueza y el poder democrático de nuestro país no puede estar concentrado en el uno por ciento, que se democratice el poder y la economía.

P: ¿Teme un resultado poco claro?

R: Cuando la gente vota uno no sabe que puede pasar, eso es el ADN de la democracia, si uno pudiera anticipar lo que va a pasar no votaríamos y tendríamos un congreso a la búlgara como el PP o Ciudadanos. En todo caso, yo confío en que tengamos una mayoría amplia porque creo que es importante para la nueva fase dos cosas: que la organización tenga un alto nivel de pluralidad, pero eso ya esta garantizado con el nuevo sistema de votación, que garantiza una representación en el Consejo de las listas que no sean las mayoritarias.

P: ¿Y lo segundo?

R: Lo segundo que creo que tiene que pasar es que salgamos fuertes. Lo importante para que salgamos con una dirección clara y con un órgano máximo entre asambleas -el Consejo Ciudadano- que nos permita ponernos a trabajar al día siguiente, es que la candidatura que gane tenga una mayoría amplia.

Deseo que gane la nuestra y espero que ese sea el resultado, pero efectivamente pueden pasar otras cosas, que otras candidaturas tengan una mayoría amplia, o que salgan apoyos muy parecidos, con lo cual al día siguiente de votar nos tengamos que sentar en el nuevo consejo a negociar.

Es verdad que hay cosas positivas en tener que dialogar cada paso que uno da en un Consejo Ciudadano sin mayorías claras, pero yo preferiría que la candidatura que mande tenga una mayoría amplia.

Últimamente se están haciendo muchos análisis apocalípticos sobre lo que le va a pasar a Podemos después de Vistalegre y creo que la mejor manera de callar la boca a estas predicciones pesimistas sobre el futuro de Podemos es que haya muy alta participación.

Que demos una lección democrática que sea lo opuesto a lo que vamos a ver el mismo fin de semana en el congreso a la búlgara del PP, donde está todo cocinado porque allí no se decide quién manda votando, sino que se decide con maletines y de otras maneras.