La Catedral de Valencia se ha quedado pequeña esta tarde para acoger a los centenares de personas que se han acercado a la misa funeral convocada por la familia y oficiada por el cardenal Antonio Cañizares para recordar a Rita Barberá. Entre los asistentes más destacados se encontraban en primera fila el ex presidente del Gobierno, Jose María Aznar, acompañado por su mujer, Ana Botella.

El expresidente del Gobierno, José María Aznar, que ha sido recibido con aplausos en la Catedral de Valencia, lamentó la semana pasada que la muerte le llegara "habiendo sido excluida del partido al que dedicó su vida" y "antes de ver archivada la causa abierta contra ella" en el caso Taula que investiga un presunto caso de blanqueo en el PP valenciano.

Además de Aznar y Botella, en los primeros bancos de la catedral se encontraban el presidente del Senado, Pío García Escudero, el senador del PP Pedro Agramunt Font de Mora, el delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, y los expresidentes de la Generalitat Francisco Camps y Alberto Fabra.

En lugares preferentes se encontraban también los exministros José Manuel García-Margallo y Jaime Mayor Oreja, exconsellers como Juan Cotino, María José Catalá, Máximo Buch y Paula Sámchez de León, numerosos concejales del PP durante la etapa de Rita Barberá y dirigentes y exdirigentes del partido. Entre ellos, la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, y la coordinadora general de la formación, Eva Ortiz, así como el presidente del Partido Popular de la provincia de Alicante, José Císcar.

Los fieles han llenado por completo la Catedral de Valencia, en una misa presidida por el cardenal arzobispo Antonio Cañizares y concelebrada por los obispos auxiliares y una docena de sacerdotes, que estuvieron acompañados por el coro de la catedral, que interpretó piezas de una misa de difuntos.

En su homilia, Cañizares ha pedido "que no se hagan más víctimas, que no se siente a nadie en el banquillo de los medios". El cardenal arzobispo ha destacado de Barberá su "sacrificio total y sin reservas por todos. Que su muerte no siembre división y enfrentamiento, sino la concordia", ha pedido el cardenal, quien ha resaltado además que los medios "deben decir verdad" porque, de no hacerlo, se correría el riesgo de "destrucción de la sociedad y de España".

"Aprendemos día a día de doña Rita a amar sin límites, a acoger a todos sin excluir a nadie", ha afirmado el arzobispo, que ha rechazado "las mentiras, juicios temerarios, odios y venganzas" y ha considerado que a la exalcaldesa "la fe la unió a Cristo en su pasión y en su condena injusta por los poderes de este mundo".

Por ello, ha manifestado su convencimiento de que Barberá irá "al lugar que el Señor tiene preparado para los justos y honrados" y ha agradecido a los valencianos que hayan "acompañado tan de cerca a su familia en el sufrimiento inesperado".

De su gestión, que a su juicio ha dado "tantos y tan provechosos años" a la ciudad de Valencia, ha destacado su carácter "entrañable, generoso e incansable" y su "sacrificio total y sin reservas por todos".

Asimismo, ha pedido que se respete "la dignidad inviolable de toda persona humana" y ha considerado conveniente "el silencio, la reflexión y abrirse a Dios" ante la muerte de la exalcaldesa.

Al término de la misa ha intervenido también una de las sobrinas de Barberá, que ha denunciado que la "maldad de la condición humana no posee límites" y ha lamentado "que cosas como estas ocurran a personas inocentes".

También ha agradecido las muestras de apoyo tanto de los valencianos que han firmado en los libros de condolencias del Ayuntamiento como de los que han dejado "velas y flores" en la puerta de su casa, lo que, ha dicho, le reafirma "en que somos más los que queremos justicia en la sociedad".

"Recordadla como era, feliz, vital y entregada a Valencia y los valencianos", ha pedido a los más de 2.000 asistentes, según cálculos del arzobispado, y ha asegurado que a su tía le habría gustado "ver a su pueblo volcado en ella".

Agradecimiento de la familia

Ayer, la familia emitió un comunicado a través de la agencia Efe en el que expresó su agradecimiento "el más profundo", en general "y al pueblo valenciano en particular" por "las incontables manifestaciones de pésame recibidas.

"La familia agradecerá personalmente a quienes lo deseen las innumerables muestras de duelo y afecto recibidas en estos últimos y dolorosos días". Esto es lo que anunció ayer la familia de Rita Barberá en correspondencia a los apoyos que ha suscitado la que fue alcaldesa de Valencia entre 1991 y 2015. Una vez pasados los tres días de duelo oficial, ahora quedan los homenajes privados. Entre ellos, la posibilidad de seguir recordando su figura dejando mensajes en el libro de condolencias que, tras estar esos tres días en el ayuntamiento, ahora se trasladará a la Catedral de Valencia.

Firmas para tener y no tener calle

A la vez, la figura de Rita Barberá sigue siendo protagonista por las iniciativas en las redes sociales. La petición de una calle superó ayer las 9.500 firmas en la plataforma change.org, pero ahora le ha surgido una petición antagonista: en contra de que "algo en Valencia lleve el nombre de Rita Barberá", porque "se puede honrar su memoria sin necesidad de faltar al respeto a todas esas personas a las que Rita Barberá hizo tanto daño durante sus 24 años como alcaldesa de València" y que ayer había alcanzado las 7.400 firmas. Otra iniciativa, con 3.500 firmas, pide que el Puente de las Flores pase a llevar su nombre.