La sesión de investidura a la que se presenta este miércoles el candidato del PP a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, supone el tercer intento de conformar Ejecutivo desde los más de 300 días que el actual Ejecutivo lleva en funciones. Este 2016 hemos vivido dos investiduras fallidas tras el fracaso del candidato del PSOE, Pedro Sánchez, el pasado 4 de marzo y el del propio Rajoy, el 2 de septiembre.

La fallida investidura de Sánchez marcó un hito histórico al ser la primera vez que un candidato de un partido que no había ganado las elecciones trataba de recabar la confianza de la cámara y ser el primer candidato en fracasar en su intento. Tras el frustrado intento de Rajoy hace poco más de un mes también se fijó otro precedente histórico: fue la primera vez que el candidato del partido ganador de las elecciones se presentó a la investidura y la perdió.

Hasta el pasado septiembre, todos los candidatos que habían ganado las elecciones y se habían presentado habían ganado, casi todos ellos por mayoría absoluta. La excepción la marcó el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, que en 2008 necesitó de una segunda vuelta --mayoría simple-- para ser investido presidente.

Caso especial es del Leopoldo Calvo-Sotelo en 1981. El expresidente perdió la primera votación en la sesión de investidura del 20 de febrero de ese año. Cuando se celebraba el debate previo a la segunda votación, un grupo de guardias civiles dirigidos por el teniente coronel Antonio Tejero irrumpió en el Congreso de los Diputados interrumpiendo la sesión.

Tras el fracaso del intento de golpe de Estado, se reanudó la sesión de investidura y Calvo-Sotelo fue investido con mayoría absoluta: 186 votos a favor frente a 158 en contra.

Inusual fue también la votación del 5 de diciembre de 1989 en la que Felipe González fue elegido presidente del Gobierno por mayoría absoluta con 167 votos a favor, debido a que la anulación de las elecciones legislativas en las circunscripciones de Murcia, Pontevedra y Melilla dejaron a la cámara con 332 parlamentarios.

No te pierdas esta cronología interactiva que recoge los nombres de los presidentes de la democracia española.

La democracia en España va ligada a un nombre: Adolfo Suárez, figura clave de la Transición para dejar atrás el régimen franquista, que con 46 años se convirtió en el primer presidente constitucional. Primero, lo nombró el Rey Juan Carlos en 1976 pero los españoles lo eligieron de nuevo en las urnas de las elecciones generales de 1977.

Desde la muerte de Franco, seis han sido los encargados de liderar el Ejecutivo español: después de Suárez, que dimitió en 1981, Leopoldo Calvo-Sotelo tomó el relevo por apenas dos años. En 1982, Felipe González se postulaba como el primer presidente socialista del país y, también, el más joven ya que llegó al poder con sólo 40 años. González llevó a España a Europa y tuvo que cargar con varios casos de corrupción y los GAL.

En 1996, en mitad de la crisis económica, José María Aznar irrumpió en la Moncloa. Durante su mandato, España se convirtió en potencia europea aunque también estuvo marcado por participar en la guerra de Irak y los atentados del 11M, que supusieron el fin de su etapa como presidente.

En 2004, José Luis Rodríguez Zapatero cogió las riendas del Gobierno español. Lo primero que hizo fue retirar a las tropas de Irak y durante su legislatura tuvo que hacer frente a la grave crisis económica en la que se sumió el país. Al final de su mandato, ETA anunció el cese definitivo de la violencia.

De izq a derecha: Suárez, Calvo-Sotelo, González, Aznar, Zapatero y Rajoy.

Mariano Rajoy se convirtió en 2011 en el sexto presidente de la democracia española y también el más veterano de todos (con 56 años). Sus principales retos fueron frenar la crisis económica y el paro así como devolver a los mercados la confianza en España. Tras duros recortes y reformas tanto en el ámbito económico como en el social, culminó la legislatura en 2015 con mejores condiciones macroeconómicas para el país: el número de desempleados tuvo la mayor caída de la serie histórica, aunque la tasa del paro se situó en la friolera cifra de 20,9%. La legislatura de Rajoy estuvo marcada, además, por numerosos casos de corrupción y el debate soberanista catalán, cada vez más alejado del conjunto de España.

Previsiblemente, antes de que acabe este mes de octubre, Rajoy volverá a ser investido presidente del Gobierno tras casi un año con su Ejecutivo en funciones.