La presidenta andaluza, Susana Díaz, se ha mostrado abierta a competir por la secretaría general del PSOE con Pedro Sánchez, quien ha advertido de que no dimitirá en caso de que el Comité Federal rechace el sábado su propuesta de celebrar un congreso a principios de diciembre tras unas primarias en octubre.

El órdago lanzado por Sánchez ha avivado aún más la división del partido, como se ha puesto de manifiesto en la reunión del grupo parlamentario socialista con 11 de las quince intervenciones contrarias al líder del PSOE, en línea con Susana Díaz y con la práctica totalidad de los barones socialistas.

En un acto en Cádiz, Díaz ha mostrado su oposición a que el 39 Congreso Federal tenga lugar de inmediato y ha asegurado que aceptará dar el paso de aspirar a hacerse con el control si se lo piden.

"Siempre, cuando haya un proceso y un congreso del partido, donde crean mis compañeros que yo sea útil, en la cabeza o en la cola, allí estaré y siempre buscando lo mismo, un PSOE unido, cohesionado y ganador, que gane elecciones", ha asegurado.

La presidenta andaluza ha advertido a Sánchez que "ahora toca España" y que no se entendería un debate interno en un congreso a prisa y corriendo cuando el país está viviendo la mayor inestabilidad que se conoce en democracia".

Sin querer dar pábulo a "maniobras de distracción", Díaz ha alertado de que el PSOE está en una situación "mala y difícil" y que "cuando todas las alternativas que hay son malas, ninguna es buena, alguna responsabilidad tiene que tener la dirección".

También ha censurado que se acuse a los presidentes autonómicos críticos de ser "subalternos del PP", después de que Sánchez sostuviera de que la abstención de Mariano Rajoy sería someterse a la derecha.

"Me parece que ningún socialista lo es, ni nadie quiere serlo y mucho menos el PSOE de Andalucía, que está además en primera línea de la batalla con el PP", ha replicado.

Sánchez descarta dimitir

Sánchez se ha reafirmado en que "es hora de poner encima de la mesa las cartas" y decir a los militantes si se quiere optar por un gobierno alternativo, como él sostiene, o abstenerse ante Rajoy, lo que sería "un error, no táctico, sino de fondo".

A pesar de la reacción de los críticos, el secretario general ha dejado claro que "no se plantea dimitir" aunque el Comité Federal eche para atrás su propuesta.

"Por supuesto que no", ha subrayado Sánchez, en declaraciones en la Cadena SER, para poner de relieve que está dispuesto a dar la batalla hasta el final.

El líder socialista ha echado en cara a sus detractores que "por qué se llama reflexión a lo que quieren decir abstención" como vía para desbloquear el escenario político.

"Cómo líder del PSOE, lo que no se puede hacer es que se me intente imponer una decisión que no comparto para administrarla", ha remarcado.

Sánchez ha reconocido que "es una constatación y es evidente" que se ha alejado de pesos pesados del partido como Felipe González, Alfredo Pérez Rubalcaba o José Luis Rodríguez Zapatero, pero ha añadido: "Si hay un congreso, se verá si tengo el apoyo o no de los afiliados".

Además de Díaz, varios presidentes autonómicos discrepantes han cerrado filas contra el plan de Sánchez.

Para el asturiano Javier Fernández, abrir un proceso congresual ahora está "fuera de lugar", mientras que el aragonés Javier Lambán ha confirmado, a través de su secretaria de Organización, Pilar Alegría, que votará en contra en el Comité Federal.

El presidente valenciano, Ximo Puig, también hará lo mismo con el argumento de que la "prioridad" del PSOE debe ser "claramente" la gobernabilidad en España y, más tarde, abordar el proceso interno del partido sin "cortoplacismos, ni maniqueísmos".

Los críticos alzan la voz

El enfrentamiento interno se ha extendido a la reunión del grupo socialista en el Congreso, donde los diputados críticos han alzado su voz, a puerta cerrada, contra la propuesta de Ferraz.

De las 15 intervenciones, once han sido para mostrar su disconformidad con la celebración del congreso, entre ellas las de cinco diputados andaluces.

A ellos se han unido los diputados vascos Eduardo Madina y Odon Elonza, quien no ha ocultado su malestar por la situación a la que ha llegado su partido.

"Me da vergüenza lo que estamos haciendo ante la ciudadanía", ha confesado Elorza en declaraciones a los medios.

Otra voz crítica ha sido la del expresidente castellanomanchego José María Barreda, quien ha venido a decir que el PSOE debería abstenerse ante Rajoy y que Sánchez debería dimitir si pierde la votación en el Comité Federal.

Varios cargos de la Ejecutiva del PSOE afines a Sánchez han convenido en que el secretario general debería dejar su cargo si no prospera su plan y crear una gestora que tomaría las riendas del partido.

"Yo en su caso, me iría", ha confesado una de las personas de confianza del secretario general.