España sigue con un Gobierno en funciones y con las terceras elecciones en el horizonte debido a la incapacidad de las diferentes fuerzas para llegar a un acuerdo de gobernabilidad. En el País Vasco, sin embargo, es imposible que se produzca este escenario. El sistema vasco, a diferencia del español, hace imposible una repetición de elecciones por falta de consenso. ¿Por qué es imposible el bloqueo político en Euskadi?

En Euskadi, los pactos han sido habituales. En siete de las diez legislaturas se han producido acuerdos de Gobierno, e incluso en dos se hizo con la lehendakaritza una fuerza que no había sido la más votada (José Antonio Ardanza, del PNV, en 1986, y Patxi López , del PSOE, en 2009).

Así funciona la investidura en Euskadi

Al contrario que en Madrid, en el País Vasco pueden presentarse varios candidatos de las diferentes fuerzas que conforman el tablero político vasco. En la primera sesión de investidura se exige mayoría absoluta, es decir, 38 apoyos.

Si no se logra se convoca una segunda votación en la que no están permitidos los vetos. Los parlamentarios solo pueden votar a favor, en blanco o abstenerse. De este modo, solo un empate entre candidatos daría al traste con la investidura. De producirse esta última situación, se convocaría una nueva votación 24 horas después.

En la última legislatura, Iñigo Urkullu logró convertirse en lehendakari en diciembre de 2012 con tan solo 27 votos a favor, los del PNV, de los 75 escaños que componen el Parlamento vasco. La candidata Laura Mintegi, de EH Bildu, recibió 21 apoyos, mientras que en lo que se refiere al resto de formaciones, tal y como sucedió en la primera votación, el PSE (16), el PP (11) y UPyD (1) se abstuvieron.

Ante este panorama, la acción del partido que gobierna es limitada y requiere de pactos para lograr mayorías suficientes que eviten que la oposición tumbe las iniciativas que se presenten.