Galicia y el País Vasco serán este domingo el escenario de unas elecciones autonómicas con muchas particularidades. Sin duda, la principal es que las encuestas apuntan qué formación se proclamará ganadora: el Partido Popular en Galicia y el Partido Nacionalista Vasco en Euskadi. Pese a esta circunstancia, son muchas las incógnitas que rodean a estos trascendentales comicios, cuyos resultados finales pueden determinar la posibilidad o no de que se conforme finalmente un Gobierno en España o bien que el país se vea abocado a la celebración de unas terceras elecciones generales.

En el caso de Galicia, más de 2,7 millones de ciudadanos están llamados a las urnas este domingo para elegir entre la continuidad del PP o apostar por un gobierno multicolor de izquierdas. Si ganan los populares, la clave será saber si Alberto Núñez Feijóo logra dar continuidad a su gobierno obteniendo una mayoría absoluta que le permita conseguir un tercer mandato. En caso contrario, se abriría la puerta a la posibilidad de que las fuerzas de izquierda (En Marea, PSdeG y BNG) lleguen a un acuerdo que les permita desalojar al PP de la Xunta y formar un ejecutivo progresista.

El PP, que afronta estos comicios autonómicos con la incertidumbre de saber hasta qué punto les pasa factura su acción de gobierno -una gestión que ha estado marcada por la crisis y los recortes-, tiene claro que está solo en esta batalla electoral y que no puede contar con los apoyos de ninguna formación. Sólo Ciudadanos podría sostenerlo en el poder, pero no está nada clara que la formación ´naranja´ pueda entrar en el Parlamento gallego.

Los candidatos gallegos: Alberto Núñez Feijóo (PP), Xoaquín Fernández Leiceaga (PSdeG), Luis Villares (En Marea), Ana Pontón (BNG) y Cristina Losada (C's)

Durante toda la campaña, los sondeos han sonreído a Feijóo, a quien las encuestas auguran que conseguirá revalidar la mayoría absoluta lograda en 2012 (obtuvo 41 diputados, 3 más que los 38 que marcan la mayoría absoluta en la Cámara autonómica). De confirmarse, este resultado supondría un importante balón de oxígeno para Mariano Rajoyy una importante inyección para reforzar sus posiciones de cara al objetivo de conformar Gobierno, en un momento en el que Génova pasa por horas bajas por culpa fundamentalmente de los reiterados casos de corrupción.

Muchos menos optimista se presenta el futuro para el PSdeG, que en 2012 fue la segunda fuerza tras obtener 18 escaños. En esta ocasión, sin embargo, se da por descontado que En Marea relegará a los socialistas al tercer lugar y que además estos pueden llegar a perder entre 4 y 5 de los diputados que consiguieron hace 4 años.

De la misma manera que una mayoría absoluta del PP permitiría reforzar la posición de Mariano Rajoy en sus negociaciones para formar Gobierno, una debacle del PSdeG como la que auguran las encuestas supondría un duro golpe para Pedro Sánchez, que sin duda vería todavía más cuestionado su liderazgo al frente del PSOE. En este sentido, un nuevo fracaso podría multiplicar los numerosos desencuentros que existen en el seno del partido y que cada vez se hacen más visibles.

Las elecciones gallegas y vascas pueden jugar un papel clave en el desbloqueo de la situación política en España

De confirmarse los sondeos, la segunda posición que hasta ahora han ocupado los socialistas sería ocupada por En Marea, a quien se augura una importante subida, pasando de los 9 diputados del 2012 -en aquella ocasión concurrieron Anova, Esquerda Unida y Equo- a más de 15, circunstancia que sin duda supondría un muy buen resultado para la candidatura liderada por Podemos. Una candidatura, por otra parte, que tiene buena parte de "responsabilidad" en la debacle que las encuestas difundidas hasta la fecha auguran también para el BNG, que podría perder cerca de la mitad de los 7 escaños que ha tenido durante esta pasada legislatura.

Elecciones vascas

En el País Vasco, las elecciones de este domingo tampoco hay dudas acerca de qué partido será el ganador. La victoria del PNV de Iñigo Urkullu se da por descontada, aunque será una victoria sin mayoría absoluta, lo que obligará a la formación nacionalista a buscar apoyos entre el resto de partidos. Saber con quién pactará el Partido Nacionalista Vasco tras este 25-S es la gran incógnita, sobre todo porque Urkullu se ha encargado durante esta campaña de no abrir ni cerrar demasiado ninguna opción con el objetivo de mantener abiertas todas las opciones.

Lejos de la mayoría absoluta que marcan los 38 escaños, las encuestas hechas públicas durante la campaña otorgan al PNV una horquilla de entre 27 y 29 escaños. Por detrás, EH Bildu y Elkarrekin Podemos se disputarían la segunda posición, con entre 14 y 17 diputados. Ambas formaciones son candidatas a convertirse en aliadas del PNV, incluso formando un hipotético tripartito, tal y como se ha encargado de subrayar Urkullu durante la recta final de la campaña.

Los candidatos vascos: Iñigo Urkullu (PNV), Miren Larrion (EH Bildu), Pili Zabala (Podemos), Idoia Mendia (PSE) y Alfonso Alonso (PP).

No obstante, parece más probable que los nacionalistas opten por buscar acuerdos con el PSE o el PP. Ambas formaciones constitucionalistas llegan a estos comicios en una situación comprometida. Y es que si las encuestas están en lo correcto, socialistas y populares se pueden encontrar con que sus partidos no sumen ni un cuarto de los 75 escaños que hay en juego en el Parlamento Vasco. En este sentido, el PSE podría perder la mitad de los 16 escaños con los que cuenta actualmente en la Cámara vasca, mientras que el PP podría pasar de 10 a 6 o 7.

Paradójicamente, y pese a estos malos resultados, PSE y PP pueden tener la llave que permita gobernar a Urkullu ante la posibilidad de que EH Bildu y Podemos intentasen unir sus fuerzas para evitar que el PNV siga ocupando Ajuria Enea.

El resultado de las elecciones vascas no resulta baladí. De la misma manera que los comicios gallegos pueden ser de gran importancia para el futuro de la política española, lo mismo ocurre con la jornada electoral de este domingo en Euskadi. En este caso, el papel determinante lo pueden jugar el PNV y el PP. Y es que ante un hipotético escenario en el que a los nacionalistas vascos les hiciese falta el apoyo de los populares, esta situación podría ser clave para desbloquear la situación que se vive en la política española.

El PNV cuenta actualmente con cinco diputados en el Congreso. Cinco escaños que sumados al bloque de 170 que forman Partido Popular, Ciudadanos y Coalición Canaria dejarían a Mariano Rajoy, en un eventual nuevo intento de investidura, a sólo uno de la mayoría absoluta. Ante este eventual escenario, el PSOE de Pedro Sánchez se quedaría con pocos argumentos para seguir manteniendo su ´no´ y no impulsar una "abstención responsable".