La presidenta de la Fundación Miguel Ángel Blanco, María del Mar Blanco, ha hecho hoy un llamamiento a la unidad de los agentes sociales aunque "no quede mucho del espíritu de Ermua" en el XIX aniversario de su secuestro y asesinato de su hermano.

En compañía del alcalde de Las Rozas, José de la Uz, Mar Blanco ha participado en la localidad madrileña en un homenaje a su hermano, el concejal vasco fallecido hoy hace 19 años, en el que se ha interpretado una pieza musical y se ha realizado una ofrenda floral en memoria de Miguel Ángel Blanco.

"A pesar de que no queda mucho del espíritu de Ermua yo vuelvo a hacer un llamamiento de unidad a toda la sociedad, a todos los agentes políticos y sociales para ganar una batalla muy importante y necesaria", ha subrayado Blanco.

En este sentido, la presidenta de la fundación ha explicado que tras el final de ETA ahora queda vencer la "batalla por el relato de la verdad" ya que los terroristas y sus cómplices intentan sumarse a esa "teoría de la equidistancia del conflicto", y ha subrayado que seguirá trabajando para que la "memoria se imponga al olvido que es lo que estos agentes sociales nos intentan imponer".

Asimismo, Mar Blanco ha subrayado que municipios como Las Rozas son un ejemplo a seguir y ha criticado que localidades del País Vasco hayan rechazado organizar homenajes en recuerdo de su hermano.

La diputada ha finalizado su discurso agradeciendo la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, ya que debido a su labor "muchos vascos de bien han podido realizar una vida medio normal y gozar de mayores espacios de seguridad".

Por su parte, el alcalde de la localidad ha destacado el "espíritu de solidaridad y de rabia" que se vivió en España en esos días.

"Algunos hoy pretenden blanquear la memoria, ningunear el dolor, y aquí, en Las Rozas, nos negamos a eso", ha añadido De la Uz.

El alcalde ha leído un manifiesto llamado "La fuerza de la memoria" en el que se destaca el recuerdo de esos días y la "solidaridad y unidad" que se produjo en España en las 48 horas previas al asesinato.