El exembajador de España en Finlandia Marcos Vega Gómez ha afirmado hoy, durante el juicio contra él por contratar ilegalmente a personal doméstico, que en la Embajada existía "una cuenta opaca, una cuenta B" que servía para comprar combustible, tabaco y alcohol sin pagar impuestos.

Así lo ha dicho durante su interrogatorio en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional, cuando la fiscal le ha preguntado por una cuenta de la Embajada con la que se pagaban los gastos corrientes.

Vega, que fue también embajador en Irak y Yemen, ha respondido que no conocía esa cuenta, pero sí otra "opaca" con la que se pagaba combustible, tabaco y alcohol libre de impuestos, que se repartía luego entre el personal de la embajada que no tenía derecho a esa desgravación.

El diplomático ha achacado a su decisión de cerrar esa cuenta las denuncias por contratar ilegalmente a personal, que presentó contra él el entonces canciller, Ismael Medina, a quien ha responsabilizado de las contrataciones.

Ha defendido que, si hubiera permitido esa cuenta, habría sido "cooperador necesario" del fraude, ya que él firmaba las autorizaciones para comprar esos artículos sin IVA porque solo el embajador y ciertos miembros de la misión disfrutaban de ese privilegio fiscal, que con la "cuenta opaca" se extendía ilegalmente a todo el personal.

Vega se enfrenta a una petición fiscal de 10 años de cárcel y 21 de inhabilitación acusado de malversación, prevaricación y falsedad por haber contratado irregularmente en 2011 a dos empleadas de Filipinas y Etiopía, que entraron en Finlandia con visados de turista gestionados supuestamente por él.

El acusado ha indicado que los trámites para contratarlas, primero como eventuales y luego como personal fijo cuando salieron elegidas en un concurso amañado, los llevó Medina, encargado de la caja y del personal y que luego le denunció por estas prácticas ilegales.

La fiscal ha afirmado, en cambio, que fue Vega quien ordenó contratarlas y adjudicó luego el concurso a dedo y no ha dado credibilidad a las palabras del exembajador, quien ha defendido hoy que eran las "más cualificadas" y que no hubo "ningún interés particular".

Según la fiscal, se las contrató de forma "arbitraria", primero temporalmente y luego adjudicándoles las plazas cuando ni siquiera tenían permiso de trabajo, y además trabajaban "de siete de la mañana a diez de la noche" por un sueldo de 800 euros al mes en un país donde los trabajadores cobran de 20 a 50 euros por hora.

En su declaración, Vega ha explicado que se las contrató de manera eventual porque la Embajada tenía una situación "dramática" de falta de personal y en Finlandia "no es fácil encontrar en el mercado local a una persona preparada para un trabajo delicado", y ha descargado en el canciller todas las gestiones de la contratación.

Tras las denuncias de Medina, el Ministerio de Asuntos Exteriores abrió una inspección y rescindió sus relaciones contractuales en 2013, ya que se les había contratado sin permiso de trabajo.

En concreto, Exteriores anuló cuatro contratos con ellas, dos en español y dos en inglés, una "dualidad" que la fiscal achaca a un engaño, puesto que ellas solo vieron el contrato en inglés, que establecía los 800 euros, mientras que el español, de mayor cantidad, era el que se remitía a Madrid.

En su declaración como testigo, el canciller ha negado haber decidido nada acerca de la contratación. De hecho, ha asegurado que avisó a Vega de la irregularidad y el embajador le contestó que "había dos tipos de funcionarios, los que causaban problemas y los que no, y que eligiera en qué grupo quería estar".

Por orden de Vega, ha sostenido, se pagó el avión de una de ellas con dinero público y, nada más aterrizar, el embajador les retiró el pasaporte porque "quería tenerlas controladas", ya que "no podían pasearse libremente por el país" dada su condición de ilegales.

Ha explicado que su sueldo era tan bajo porque así el embajador podía contratar ilegalmente con dinero público a un tercer empleado con cargo a la partida establecida para dos personas.

Además, ha asegurado que Vega maltrataba a los empleados y "acusó al cocinero de robo sin fundamento", lo que hizo "insostenible" la situación en la Embajada.