El portavoz parlamentario de Podemos, Íñigo Errejón, ha admitido hoy que no comparte la decisión del líder del partido, Pablo Iglesias, de destituir al secretario de Organización de la formación, Sergio Pascual, si bien ha reconocido que la tomó en ejercicio de sus competencias.

En sus primeras declaraciones públicas tras aquel cese, Errejón ha explicado que aunque no comparte "todas las decisiones" de su secretario general, Iglesias sigue siendo el máximo dirigente del partido y siguen "trabajando juntos en lo fundamental", esto es, lograr un gobierno de cambio y de coalición, que es el objetivo para el que recibieron cinco millones de votos en las pasadas elecciones.

El número dos del partido ha admitido también en rueda de prensa en el Congreso que tras la crisis interna, que ha atribuido a "tensiones organizativas", las últimas semanas no han sido sencillas y que el silencio público que ha mantenido en los últimos días le ha servido para "elevar las miras" y madurar ante decisiones aún pendientes.

Lo que no han existido, ha asegurado, son diferencias ideológicas que permitan hablar en términos de "errejonistas" o "pablistas" en Podemos. "Tenemos una sola posición política respecto al PSOE", ha dicho tras considerar normal que los militantes de Podemos piensen de forma diferente y unos vibren más con unos portavoces que con otros.

Errejón, que ha negado que su relación con Iglesias se haya resentido, ha explicado que conoció el cese de Pascual poco antes de que se anunciara, que le expresó entonces su desacuerdo al líder del partido y le trasladó el "respeto y admiración" que siente por el anterior secretario de Organización de Podemos, quien será sustituido por el secretario general en Aragón, Pablo Echenique.

Un sustituto que, según el secretario Político de Podemos, es una propuesta de "consenso" que "desmadrileñiza" la organización y puede "oxigenar" el partido.

Echenique será ratificado como secretario de Organización en el Consejo Ciudadano que Podemos celebrará el próximo sábado, en el que se analizará la situación política y las negociaciones para formar gobierno, pero también se abordará qué modelo organizativo es el más adecuado para el Podemos de la próxima etapa.

En ese punto, Errejón defenderá que ningún modelo organizativo sirve para todo y que, por tanto, el partido tendrá que irse adaptando al nuevo ciclo político que abrirá la investidura y la formación del nuevo gobierno, pero no se trata -dice- de una cuestión de personas.

El nuevo modelo, según Errejón, debe apostar por una mayor federalización y construcción de movimiento popular. En su opinión es hora de renovar la "máquina de guerra electoral" diseñada para un "ciclo corto", que se ha demostrado enormemente exitosa, pero que ha tenido también sus costes a nivel organizativo.

Por eso, ahora considera que ese modelo "debe reconvertirse" para otro ciclo político "más pausado" y "sosegado", en el que la organización preste mayor atención al "raigambre" en los territorios.

Íñigo Errejón, que no se muestra partidario de hablar de "refundación", ha hecho hincapié en que la Asamblea de Vistalegre en la que se decidieron los principios organizativos de la formación morada es "irrepetible" y en que Podemos "se está fundando día a día" con discusiones "siempre abiertas" que -ha insistido- son más sobre "modelos" y no sobre "nombres y apellidos".

En su primera aparición pública tras la crisis interna provocada por el cese de Pascual, uno de sus hombres de confianza en el partido, Errejón también ha explicado cuál es el reto que en su opinión tiene Podemos como partido.

Algo que siempre ha defendido: atraer a "los que faltan". "Tenemos que pensar en un Podemos de mayorías", ha concluido.